Todo el año es ya temporada alta en Sevilla

La temporalidad, que durante años había obligado al sector a cerrar o a reducir los servicios, se diluye gracias al tirón de los viajeros extranjeros, que superaron el millón y medio hasta diciembre, un 10,57% más que en 2016, y crecieron por encima de los nacionales (1,1 millones en total).

La potente oferta de vuelos que han mantenido viva las aerolíneas de bajo coste está detrás de estas cifras de récord, con Francia como primer país emisor (185.814 visitantes). Le sigue, y aquí está la sorpresa, Estados Unidos, desde donde procedían 173.961 viajeros que se han hospedado en hoteles y apartamentos turísticos de la ciudad.

El tercero es Italia, que se sitúa a gran distancia, con 153.607 a pesar de ser el país con mayor número de conexiones con Sevilla y con los precios más competitivos para viajar. Desde la capital andaluza es posible volar hacia Bolonia, Bérgamo, Milán Malpensa, Nápoles, Pisa, Roma, Venecia y Turín. También crece Alemania, que roza los 91.000 viajeros y la República China, un mercado en el que el sector está muy interesado por el alto poder adquisitivo que maneja, y del que del procedía los 61.865 turistas que nos visitaron a lo largo de 2017, según el estudio de la Universidad de Sevilla.

Las compañías de bajo coste sustentan el 90% de la actividad del aeropuerto de San Pablo, que ha superado los cinco millones de pasajeros y va camino de revalidar ese crecimiento con nuevas conexiones y el refuerzo de las que ya operan con éxito.

La estancia media pasa de los dos días, mejorando su nivel con respecto al año anterior, aunque no es habitual que contraten más de dos noches de hotel. Sin embargo, la elevada demanda ha permitido subir los precios al sector, que se vio obligado a realizar un enorme ajuste durante los años más duros de la crisis. La tarifa media pasa de los 82,9 euros de 2016 a 88,3 euros de 2017. Sin embargo, el importe no se ha mantenido constante prácticamente ningún mes, llegando a superar ampliamente los 100 euros en abril, mayo y octubre.

La contratación ligada al sector turístico es todavía tímida en la ciudad. Si bien la actividad permitió que descendiera el paro hasta un 4,5%, el número de contratos también bajó. Eso no significa que haya menos personas trabajando en establecimientos hoteleros, pues se puede explicar en que los acuerdos firmados fueron por periodos más largos, evitando la permanente renovación. También descendió el desempleo en la hostelería y en los servicios de comidas.