La tirolina de Torre Sevilla sólo podrá ser de uso temporal

Como adelantó ABC, la Autoridad Portuaria no dará el visto bueno si los cables de la tirolina afectan a la navegabilidad del Guadalquivir y hay que tener en cuenta que los barcos turísticos tienen su atraque precisamente junto a la Torre del Oro. Además, este cableado necesitará un sistema de sujeción , que normalmente está constituido por pilares de hierro, que se sumergirá en el río. No obstante, las fuentes consultadas aseguran que la empresa tiene resuelto este escollo. Pero tampoco Urbanismo le pondrá las cosas sencillas. De hecho, en el Ayuntamiento han ofrecido a la promotora de la tirolina un trayecto alternativo, que sería desde Torre Sevilla hasta el parque del Alamillo, ya que si discurre por la Cartuja la atracción tendría menos impacto visual sobre la ciudad y se garantizaría la plena navegabilidad del Guadalquivir.

Sin embargo, los empresarios siguen apostando por el itinerario entre el rascacielos y la Torre del Oro porque su intención es que el usuario compagine aventura con turismo, como se hace en otros puntos del mundo. Pero las circunstancias de Dubái o de las cataratas del Niágara, que son los proyectos en los que se inspira este, no son las mismas que las de Sevilla, donde el valor patrimonial y la protección de la Unesco determina todas las decisiones urbanísticas . De hecho, el organismo mundial ya puso las cosas muy difíciles al Ayuntamiento cuando se aprobó el rascacielos, por lo que desde la Plaza Nueva temen también que vuelva a ocurrir lo mismo con la tirolina. Por eso han ofrecido a los empresarios una tercera alternativa, que sería parecida a la que se hace en la Torre Eiffel: una atracción temporal . Es decir, como ocurre en París, donde la tirolina se monta sólo durante el mes que dura el torneo de tenis de Roland Garros, la idea es que en Sevilla también se autorice esta actividad en una época determinada del año, lo que evitaría conflictos administrativos y sociales.

Por el momento, las negociaciones avanzan con los responsables de Torre Sevilla y se ha presentado el proyecto al Ayuntamiento y a la Autoridad Portuaria. La Cámara de Comercio lo apoya porque lo considera un atractivo turístico muy importante para la ciudad, sobre todo después de la crisis provocada por la pandemia, teniendo en cuenta que la multinacional británica que lo promueve es una empresa de primer nivel y que Sevilla necesita inversiones de este tipo de compañías internacionales.

Como adelantó este periódico, la intención es construir la tirolina urbana más grande del mundo, tanto por altura como por longitud. La atracción saldría de una altura de 180 metros, la cima del rascacielos, y tendría un trazado de un kilómetro y medio. La velocidad máxima que podría alcanzarse es de 80 kilómetros por hora y durante el recorrido los usuarios disfrutarían de una panorámica a vista de pájaro de toda la zona monumental de Sevilla, con la plaza de toros, las Atarazanas, la Catedral, la Giralda, el Archivo y el Alcázar de fondo, además de todas las cúpulas y espadañas del Centro. También se conoce ya el precio estipulado por la empresa para rentabilizar el proyecto, 50 euros por persona y viaje, aunque la condición de temporalidad que propone el Ayuntamiento puede cambiar todas las previsiones para amortizar la inversión.