Fernando Heredia: Línea de vida para españoles

Hace un año que Fernando trabaja por los españoles en el archipiélago asiático con impronta española, siguiendo curiosamente los pasos de su tatarabuelo que fue gobernador en Filipinas en 1893 . Heredia confiesa que la adaptación al país fue muy fácil, ya que en estas tierras aún hay huella de los 333 años de presencia española , con rótulos de calles con nombres en nuestra lengua y 1.000 palabras castellanas en tagalo.

La entrega por los expatriados en Filipinas requiere dedicación las veinticuatro horas , ya que una llamada urgente ocurre en cualquier momento y su intervención inmediata puede llegar a salvar una vida . Es lo que ocurrió con una joven turista española que sufrió un accidente de moto del que no tuvo culpa y que le supuso la rotura de las dos piernas y una hemorragia interna que la dejó exangüe. A las 5 de la madrugada, gracias a las prontas gestiones, desde el consulado lograron que el hospital le hiciera una transfusión a pesar de que el banco de sangre estaba cerrado. En otras ocasiones no se puede hacer más que ayudar a la familia con la repatriación del cadáver.

Frecuentemente, la pesadilla surge del entresijo de la burocracia . La gestión directa de Heredia lo significó todo para una profesora española a la que le habían retenido el pasaporte por un malentendido, y que sin esta intervención no hubiera podido salir del país ni volver a casa.

Ver el impacto de su trabajo en la vida de las personas es lo que le hace sentir al cónsul un privilegiado, aunque su cargo no ha sido precisamente ningún regalo y llega tras las oposiciones más competitivas . Su labor principal es hacer que el compatriota que viva temporal o permanentemente en Filipinas no se sienta solo ni desamparado. Así, desde el consulado se encargan de prestar asistencia a los nacionales y emitir visados a todo extranjero que necesite entrar en España.

A Fernando Heredia aún le quedan, al menos uno o dos años en Manila. Cuando se plantea futuros destinos, da la vuelta al globo en su cabeza: Nueva York, la Santa Sede, África, Hispanoamérica... Viajando es como se aprende . Y sabe que, aunque el mundo cada vez está más globalizado , las gestiones consulares se deberán seguir realizando en persona, con conocimiento de las instituciones del destino, y tendiendo una mano al momento a aquel español que lo necesita fuera de casa.