Un exmilitar cubano confiesa que mató al hombre que murió en una gasolinera de la Ronda Norte

Ese día de noviembre, sobre las cuatro de la tarde, tres individuos a bordo de un Volkswagen Touareg, se paraban en una gasolinera de la Ronda Norte a la altura del Polígono Calonge para pedir ayuda. Con ellos viajaba un hombre gravemente herido por un disparo de escopeta . Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por reanimarlo y certificaron su muerte.

El Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla se hizo cargo de la investigación al tratarse de una muerte violenta. Las primeras pesquisas consistieron en interrogar a los tres acompañantes de la víctima . Fuentes del caso confirmaron a este medio que uno de ellos confesó lo que había ocurrido, mientras que los otros dos sólo dieron respuestas contradictorias. Estos últimos fueron detenidos por encubrimiento y puestos a disposición judicial. 48 horas después quedaban en libertad con cargos.

La Policía supo así que los cuatro ocupantes del Touareg habían acudido a una finca de Carmona a reclamar una deuda a su propietario . En mitad de la discusión, uno de los empleados del deudor les disparó y alcanzó a uno de ellos. Por eso, abandonaron la zona a toda prisa y trataron de llegar a un centro hospitalario para que atendieran al compañero.

La Policía trató de interrogar al propietario de la finca pero se había quitado de en medio . Fue interceptado antes de que cruzara la frontera hacia Portugal , en un pueblo de Extremadura. En el interrogatorio no quiso aportar ningún dato por lo que fue arrestado también por encubrimiento, quedando igualmente en libertad con cargos.

A pesar de su falta de colaboración, los agentes tenían perfectamente identificado al autor del disparo, a quien le constan múltiples antecedentes, uno de ellos por un homicidio en Cáceres. Se trata de un exmilitar cubano, que consta como empleado del dueño de la finca. Una suerte de encargado del que los agentes sospechan que también tenía encomendada la protección de su jefe.

Para detenerlo, los agentes tuvieron que emplearse a fondo porque Alberto H. B. había pertenecido a las fuerzas especiales del ejército de su país, tenía experiencia en conflictos bélicos y estaba perfectamente adiestrado para sobrevivir en situaciones límites .

Según confirmaba este miércoles la Policía Nacional, durante una semana permaneció escondido en una zona de campo entre las urbanizaciones de Pino Grande y Mataluna. Se ocultaba en las ruinas de unas edificaciones y tomaba el agua de un arroyo próximo. Fue detenido el pasado 4 de noviembre cuando se acercó a una finca a pedir trabajo, confiado en que se había relajado la presión policial.

Ya en dependencias policiales confesó haber sido el autor de los disparos . A las 72 horas pasó a disposición judicial y fue enviado a prisión.

En este caso hay un cuarto detenido, según confirmaron fuentes policiales: se trata de un vecino del propietario de la finca donde ocurrieron los hechos. Según la Policía Nacional fue la persona que aconsejó al propietario y a su empleado cómo esfumarse.