Las alertas por desaparecidos se reactivan con la llegada del desconfinamiento

Con el estado de alarma, los ciudadanos se vieron obligados a permanecer en sus casas; una situación excepcional que, sin embargo, favoreció que apenas se denunciaran desapariciones. Perfiles de alto riesgo, como los ancianos que se desorientan cuando están en la calle, se vieron menos expuestos a sufrir episodios de este tipo, que pueden tener consecuencias trágicas ya que en no pocas ocasiones se les encuentra ya sin vida y a poca distancia de sus hogares. Al no poder salir, las probabilidades de perderse se redujeron notablemente.

Durante el confinamiento, las denuncias descendieron drásticamente un 80%, según datos del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) . Ahora que la población ha empezado a retomar cierta normalidad, los casos empiezan a llegar de nuevo. Desde la Asociación SOS Desaparecidos, con una fuerte implantación en redes sociales a través de las cuales difunde sus alertas, confirman también esta tendencia.

En Sevilla, durante la etapa más restrictiva del estado de alarma, esta asociación, a la que recurren las familias tras interponer la correspondiente denuncia para que les ayuden en la búsqueda, tan sólo se activó un caso, de una chica que no había regresado al centro de menores de Bormujos donde reside. A principios de mayo fue localizada en perfecto estado.

Conforme las medidas de confinamiento se han ido flexibilizando, las alertas han dejado de ser esporádicas. En estos momentos el caso que más preocupa en la zona de Andalucía occidental no se activó desde Sevilla sino desde la pedanía onubense de Beas, donde se le perdió la pista a Jorge Alamillo , de 41 años y vecino de Valverde del Camino. La última vez que lo vio la familia fue el 24 de mayo. Había salido por la mañana temprano a hacer deporte, una rutina que había recuperado a raíz de que se autorizara la actividad deportiva en la calle. Desde entonces se han seguido varias pistas sobre su paradero, pero ninguna ha arrojado resultados.

Mejor suerte han tenido los familiares de una joven de El Viso del Alcor que desapareció el pasado 28 de mayo, en plena fase II de desconfinamiento. La alerta se desactivó 48 horas después. También llegaron buenas noticias en el caso de un vecino de Mairena del Alcor , del que nada se sabía desde el 14 de mayo, cuando la población de esta provincia transitaba por la primera fase de la desescalada. A la semana de que su madre dejara de tener noticias, se difundía la fotografía de este hombre por redes sociales y a las pocas horas llegaba la pista definitiva sobre su paradero.

Andalucía es una zona especialmente caliente para las desapariciones. Es la región española que presenta una tasa más alta de casos, según el último informe elaborado por el CNDES , con una media de 30 denuncias por cada 100.000 habitantes. El mapa de la incidencia de casos revela cómo la tasa es más elevada -salvo excepciones- en las provincias con costa y mucho movimiento turístico.

La provincia sevillana registra una media de 15 denuncias por cada 100.000 habitantes. Si se compara con el resto de la comunidad andaluza, la incidencia es mayor en el litoral. Por el contrario, es Jaén la que presenta una media más baja. Precisamente el informe destaca cómo las provincias de Cádiz, Granada y Almería son las que concentra el mayor número de casos a nivel nacional.

A 31 de diciembre de 2019, el Centro Nacional de Desaparecidos, dependiente del Ministerio del Interior, contabilizaba 256 casos activos en la provincia de Sevilla, algunos de los cuales llevan años en los archivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado como casos sin resolver. Ana Franco desapareció hace 23 años en el Polígono Norte o Josué Monge , el niño de Dos Hermanas al que se le perdió la pista en 2006. Son algunos de esos ejemplos.

Las desapariciones de menores son más frecuentes en Sevilla. Más de la mitad de los casos que están activos pertenecen a niños o adolescentes (189). La provincia sevillana presenta una tasa de 50 denuncias por cada 50.000 habitantes.