El adelanto de la Selectividad deja menos de un mes para recuperar

Eso supone que, además de tener que volver a hacer la prueba con mascarillas y cumpliendo todos los protocolos sanitarios (como ya se hizo en 2020), la principal novedad es que apenas habrá un mes de separación entre ambos exámenes. Aunque el cambio se hace para adaptarse al resto de comunidades autónomas que llevan ya años con ese segundo examen en julio y para agilizar el proceso de admisión a la universidad evitando que muchas facultades tengan abierto el proceso de matrícula hasta octubre, implica que se acortan los tiempos. Tanto para recuperar asignaturas pendientes como para subir nota para los estudiantes que repiten la Selectividad.

Con el nuevo modelo habrá menos de un mes entre una prueba y otra. Pero también se acorta el plazo para los estudiantes que suspenden ya que la recuperación de septiembre de las asignaturas pendientes también se adelanta a junio para que esos estudiantes puedan reengancharse a la extraordinaria de julio.

Los institutos y colegios están obligados a cerrar la evaluación de 2º de Bachillerato el 30 de mayo y tienen después quince días hasta el comienzo de la primera convocatoria de la Selectividad. Más o menos el mismo plazo tienen para hacer los exámenes de recuperación, que serán en los primeros días de junio, ya que el día 22, cuando acabe el curso, tendrán que haber realizado también los exámenes de recuperación para los alumnos suspensos. La opción de septiembre ha desaparecido para estos estudiantes de 2º de Bachillerato (y también para los de 4º de ESO). Con todo, los alumnos suspensos tienen menos de un mes para recuperar frente a los casi tres meses que había con el anterior sistema.

Es algo novedoso tanto para los estudiantes como para los propios centros educativos que tendrán que organizarse para hacer todo a la vez: los exámenes de recuperación de los estudiantes suspensos y la preparación de los que van a Selectividad, para los que numerosos colegios siguen dando clases.

ABC ha preguntado a los afectados por el cambio, directores de centros y estudiantes. Desde el instituto Vicente Aleixandre, su directora, Concha Cobo, recuerda que esa coincidencia, de los exámenes de Selectividad y las recuperaciones de los estudiante suspensos les supondrá una «sobrecarga de trabajo» ya que tendrán que estar pendientes de los que tienen que prepararse paras las pruebas de acceso a la  universidad y de los que tienen que hacer exámenes de recuperación que seguirán acudiendo a clase con normalidad.

En este sentido, Cobo admite que los suspensos van a tener menos de un mes para recuperar. Y cree que, para el estudiante que le queda una o dos asignaturas, es posible recuperarlas en tan poco espacio de tiempo. Pero al que le quedan más materias  «no va a tener tiempo». Por eso cree que «puede haber más cantidad de repetidores» ya que lograr la remontada en menos de un mes para los que tienen varios suspensos será más complicado. «No es lo mismo que tener casi tres meses para estudiar», dice.

Desde el colegio Buen Pastor, su directora Isabel Egea,  considera que es un sistema que habrá que probar pero que tiene pros y contra. Según el grupo de alumnos en el que se piense. Porque a los que suspenden y que no han conseguido asumir las materias en nueve meses, les va a resultar muy difícil o prácticamente imposible hacerlo en un tiempo tan corto. Para esos chicos va a resultar «muy apurado» conseguir superar las materias en tan poco tiempo. Sobre todo porque habitualmente en 2º de Bachillerato, a los que les quedan materias pendientes suelen ser más de una. Sin embargo, según Egea, para los que van a subir nota en la segunda convocatoria les viene «genial» porque, si por ejemplo, han fallado en una materia y quieren volver a presentarse, les vendrá mejor que la segunda oportunidad de Selectividad sea sólo un mes después.

Además, según Egea, aunque en el centro que dirige se siguen dando clases para los estudiantes desde que los evaluaban hasta el examen de Selectividad con el nuevo modelo de adelanto de exámenes para los chicos suspensos t endrán que «acelerar el proceso» en un periodo en el que, normalmente, están también con la organización del curso siguiente. «Quizás habría que haber probado primero en cursos de menos impacto que 2º de Bachillerato», afirma Egea.

Los estudiantes también tienen su opinión. Isabel Ruiz, alumna de 2º de Bachillerato tecnológico del instituto Murillo, confirma las tesis de los directores de centros. Es apropiada para los que suspenden una o dos. Pero con más suspensos  no da tiempo a preparar las asignaturas para recuperar .  Sin embargo sí cree que aporta sus ventajas para la Selectividad para los que quieren subir nota. «Conozco casos de gente que va a ir directamente a la segunda convocatoria para tener más tiempo para estudiar», dice.

Otra opinión la da Carlos Navarro, alumno de 2 º de Bachillerato tecnológico del Buen Pastor, que tiene muy claro que beneficia a los que quieren subir nota o le quedan pocas asignaturas pero perjudica a los que tienen tres o cuatro materias pendientes. «Si no han sido capaces de sacar esas asignaturas en todo el curso no lo van a poder hacer en un mes», admite. 

Sin embargo sí que beneficiará a los que se presentan por segunda vez para subir nota ya que, al ser el examen en julio, no tendrán que pasarse todo el verano estudiando. En cualquier caso admite que la opción de subir nota en julio no garantizará entrar en la carrera con notas más altas ya que los que se examinaron en primera convocatoria irán por delante que los de la segunda para las titulaciones con notas de corte más alto. «Es un poco engañoso no van a poder entrar en la carrera hasta el curso siguiente», dice.