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entrevista

Rodríguez-Piñero, expresidente del Tribunal Constitucional: «Hemos pasado de grandes juristas a aceptar que cualquiera puede ser magistrado»

El jurista y catedrático sevillano, que ha renunciado a su puesto vitalicio en el Consejo de Estado tras cumplir 90 años, cree que para el TC «es necesario un nivel técnico reconocido nacional e internacionalmente, y un cierto nivel de independencia, como en Alemania»

«El éxito en Sevilla se logra siendo hermano mayor de una cofradía, aunque sea de tercera fila»

«Organicé una comida en 1996 entre Aznar y Felipe González para que se aceptara que gobernara la lista más votada»

Miguel Rodríguez-Piñero en su domicilio sevillano. Felipe González le dedicó esa foto a dos de sus hijos raúl doblado
Jesús Álvarez

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El jurista y catedrático sevillano Miguel Rodríguez-Piñero fue presidente del Tribunal Constitucional desde 1992 hasta 1995 y ha sido presidente de la Sección Segunda del Consejo de Estado durante casi tres décadas. Tras cumplir los 90 años, ha decidido renunciar a su puesto vitalicio, ... algo insólito en esta institución que acoge a tres exministros. Rodríguez Piñero se licenció y doctoró en Derecho, en ambos casos con Premio Extraordinario, y completó su formación en la facultades de Derecho de las universidades europeas de Heidelberg, Kiel, Múnich y Roma. Alcanzó la Cátedra de Derecho del Trabajo en la Universidad de Murcia en 1961, siendo el catedrático más joven de entre los de su generación, y al año siguiente pasó a ocuparla en la Universidad de Sevilla, donde fue decano de la Facultad de Derecho. También dirigió el Instituto Universitario de la Empresa y fue fundador y primer vicedecano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Hispalense. En 1986 fue designado magistrado del Tribunal Constitucional, que presidió durante tres años, los últimos de Felipe González al frente del Gobierno de España. Su trabajo como investigador se centró en el campo de los derechos fundamentales en relación con el Derecho del Trabajo, a través de sus estudios sobre la Carta Social Europea. Además de artículos en revistas especializadas de España y otros países como Italia, donde fue profesor visitante de la Universidad de Roma, y de colaboraciones en obras colectivas, es autor de tratados y manuales universitarias, así como monografías y estudios sobre legislación laboral española y europea. Se le considera el padre de lo que la doctrina ha venido a llamar Escuela Andaluza de Derecho del Trabajo.

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