-¿Le gusta la Semana Santa de Sevilla?
-Me ha gustado muchísimo, pero con la edad que tengo, la bulla y eso, nos vamos al campo de mi hermana. El éxito en Sevilla se logra siendo el hermano mayor de una cofradía, aunque sea de tercera fila, mientras que en otros sitios se logra montando una empresa.
-O sea, que el carácter de los andaluces también tiene algo que ver con este retraso que sufre Andalucía respecto a otras comunidades.
-Absolutamente seguro. Y con un efecto adicional que debía preocupar. Toda persona que vale en Sevilla, se va. El sistema autonómico tampoco ha evitado los desequilibrios regionales sino que se han acentuado.
-¿Por qué ha decidido volver a Sevilla y no quedarse en Madrid?
-Por temas familiares. Tengo aquí a mis dos hermanas, a varios hijos, nietos. Todos han destacado y todos están fuera de Sevilla, en Madrid, Luxemburgo, etcétera. En Sevilla hay pocas posibilidades de promoción. Hay algunas empresas importantes, pero hay pocas posibilidades de futuro y de hacer carrera. Es verdad que mantenemos nuestras virtudes, nuestros artistas.
-Tiene varias obras de Luis Gordillo colgando de las paredes del salón.
-Sí, a unos les gusta y a otros no.
-¿Le gusta el cartel que ha hecho de la Macarena?
-Es un cartel que se puede poner en cualquier país del mundo como una obra de arte. Mientras que muchos carteles son sólo muy locales, es decir, lo entienden en Sevilla únicamente, éste ofrece una visión distinta de cómo un artista ve una obra de arte.
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