El museo del sótano del Palacio Mudéjar del Alcázar tendrá cerámica, arquitectura y símbolos religiosos

En la actualidad por parte del Ayuntamiento se siguen elaborando los pliegos necesarios para conocer tanto la inversión que será necesaria para la puesta en marcha de este museo como el tiempo en el que los trabajos afectarán la vida cotidiana de este punto del Alcázar. En la descripción y justificación del proyecto, que cuenta con un coste de 18.000 euros (IVA incluido) al que ha tenido acceso este periódico, se establece que la propuesta museográfica cuenta como objetivo la organización espacial de tres estancias de este sótano de una selección de piezas diversas pertenecientes a la colección arqueológica del Alcázar, particularmente, de las obtenidas fruto de la investigación realizada entre 1997 y 2025 por el Servicio de Arqueología del Alcázar hispalense, que sirve de guía para el diseño de los elementos del propio escenario.

Por tanto motiva la readaptación de dichas salas en una muestra permanente la evolución histórica de la ciudad desde el siglo IX a.C. y del propio Alcázar en su fundación data del siglo XI d.C. Lo que se pretende trasladar es la evolución de la ciudad y por otro el progreso del propio conjunto patrimonial, desarrollando un diálogo cultural que permita en el futuro servir como escaparate para seguir promocionando uno de los enclaves más emblemáticos de la ciudad como es el Alcázar.

De ahí que se busque un espacio neutro que contribuya a equilibrar la arquitectura ya marcada por los materiales naturales de muros y bóvedas y elaborar un discurso expositivo que dé sentido a las piezas expuestas. Si bien la primera estancia tendrá elementos de carácter arquitectónico, simbólicos y religiosos, la segunda evidenciará en su suelo la muralla almohade y dispondrá de la evolución de distintas alfarerías que han coexistido entre siglos. Por último, la tercera estancia de ese semisótano del Palacio Mudéjar incluirá una vitrina en la que poder enseñar cerámica exclusiva de menor tamaño que también resultará de interés para todos aquellos amantes de la arqueología hispalense.

La agrupación de piezas en unidades expositivas obedece, tal y como recoge el proyecto del palacio en uso más antiguo de Europa, a su tipología y adscripción histórica. Así pues, desde el extremo oeste —con acceso desde el Jardín de la Galera— una primera visión se dirigirá hacia una selección de elementos arquitectónicos —capiteles, basas, cimacio, elemento que va sobre el capital— que estarán ubicados en el primer tramo de la primera estancia. Ordenados en orden cronológico, y ubicados a eje con el hueco de paso desde el jardín, lo que se busca es un primer efecto escenográfico que demande la atención del visitante que pasea por los jardines del Alcázar.

El visitante que llegue a estas primeras dependencias encontrará piezas arquitectónicas que han marcado la evolución del Alcázar, ocupando sus cuatro ámbitos abovedados. Togados y pedestales se adelantarán con la disposición transversal de sus basamentos y soportes, introduciendo variaciones puntuales en la linealidad del recorrido. Asimismo, en la tercera bóveda habrá un soporte expositivo para tesoros como el ara de Minerva, diosa romana de la sabiduría, las artes, la poesía y las letras; o un brocal del pozo islámico de la época califal. Del periodo romano al bajo medieval, también habrá piezas de distintos tamaños y materialidad, como mármol y cerámica, en otra vitrina.

De dimensiones más ajustadas, la segunda y la tercera sala reunirán otras piezas cerámicas, ajuares y elementos con un sentido cronológico. En la segunda estancia quedará mostrado en su suelo la muralla almohade a modo de cata arqueológica, y en ella quedará patente el progreso de las alfarerías, con ánforas, tinajas y cántaros de alto valor, que contarán con espejos para poder ser visualizados en cada detalle. Al hilo de todo ello, la tercera y última instancia tendrá una vitrina única en la que se dará cuenta de piezas cerámicas de menor tamaño organizadas por temática y antigüedad, con tesoros desde la época prehistórica hasta el periodo bajo medieval.

Cobrará importancia la iluminación de cada sala, orientada hacia muros y bóvedas, que buscarán en este museo arqueológico del Alcázar un tratamiento singularizado que ayude a ensalzar las características principales. Habrá instalación de raíles electrificados sobre los que se dispondrán proyectores reducidos. Todos los soportes de piezas, tal y como refleja el proyecto museístico, se han diseñado individualmente prestando atención a sus características geométricas, pesos y zonas principales de observación. En todo momento se han seguido las recomendaciones generales que han sido trasladadas desde el Servicio de Asistencia Técnica e intervenciones de emergencia y conservación preventiva y mantenimiento para las restauraciones del Alcázar.