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El ministro catalán de Sevilla
Se cumplen sesenta años de que la ciudad le entregara con todos los honores su medalla de oro a Pedro Gual Villalbí, el coordinador de la ayuda estatal tras la riada del Tamarguillo en noviembre de 1961
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Sevilla
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Iniciar sesiónSevilla tuvo un ministro. Bueno, en realidad, Sevilla ha tenido muchos ministros con todos los gobiernos y regímenes de los dos últimos siglos, pero sólo uno podía haber lucido el membrete de la ciudad en la cartera ministerial… si la hubiera tenido. Porque el ministro ... de Sevilla era catalán de Tarragona y nunca llegó a tener cartera. Pero hace sesenta años, el domingo 16 de febrero de 1964, la ciudad se volcó para agradecerle a Pedro Gual Villalbí todos sus desvelos.
Lo de «ministro de Sevilla» era quizá una hipérbole en aquellos primeros años 60 en que la ciudad se sentía tan abandonada como siempre por el Gobierno central pero tan incapaz como nunca de sacudirse el barro de la miseria y salir airosa de la escasez de vivienda, trabajo y oportunidades justo en el momento en que se iniciaba el éxodo del campo a la ciudad.
Pedro Gual Villalbí había sido incluido en el Gobierno de Franco de los llamados tecnócratas que sacaron al país del marasmo tras la Guerra Civil con el Plan de Estabilización. No tenía cartera ministerial alguna pero se sentaba en las deliberaciones del Consejo, donde pasaba por ser la voz de la gran patronal catalana. Hasta que el Tamarguillo se desmadró en noviembre de 1961.
A los pocos días de aquel aciago siniestro que arrasó con 4.172 viviendas y 1.603 chabolas dejando tras de sí un reguero de 30.000 damnificados sin hogar, el ministro Gual Villalbí se instaló en un despacho prestado del Ayuntamiento de Sevilla para coordinar toda la ayuda de urgencia y las tareas de reconstrucción en la ciudad.
Para Sevilla, Gual Villalbí (Tarragona, 1885 - Barcelona, 1968) supuso un valedor en el seno del Consejo de Ministros en aquellos momentos críticos y como tal, fue reconocido. Curiosamente, su biografía de la Real Academia de la Historia ni menciona este hecho, lo que puede dar una idea de la influencia real en la política de la época de alguien que ya había superado los 70 años de edad y no estaba alineado con los ministros desarrollistas.
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Sea como fuere, el 16 de febrero de 1964 el Ayuntamiento honró a Gual Villalbí con la medalla de oro y el título de hermano honorario de la Hiniesta. El alcalde, el catedrático José Hernández Díaz, dejó dicho: «Ese pueblo que sinceramente tomó su mano le otorgó el calificativo más augusto que podemos conferir, el de 'ministro de Sevilla'; pero no con petulancia, ni con el egoísmo de querer un ministro del Gobierno español para nosotros solos, como alguien osó decir, sino con el afán amoroso de quien ha encontrado algo tan ligado a sí que lo considera propio».
El propio ministro lo agradeció: «Yo escribo en el día de hoy, y después de esta solemnidad, en el haber de mi libro este honor que recibo, pero tengo contraída una deuda. En la modestia de mi concurso, en cualquier sitio donde yo esté, estaré siempre siguiendo, paso a paso, las necesidades, los anhelos y las aspiraciones de Sevilla».
La calle con su nombre se borró del nomenclátor en 2008 en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Desde entonces, nada rememora al 'ministro de Sevilla'.
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