Quedan sobre el papel los proyectos de hormigón para el propósito irrenunciable de la gran Sevilla que esperamos disfrutar cuando acabe el lustro. Tienen las administraciones su cuota bien definida de responsabilidad en que así sea. Queda para la ciudadanía el mandato de no dejar ... de reivindicar esos proyectos y seguir soñando para agrandar este mapa de mínimos. A reclamar un área metropolitana organizada, una ciudad que pueda retener y rentabilizar todo su talento, que se transforme sin dejar de ser ella misma. Una Sevilla acorde a las expectativas que tiene ese horizonte de 2029, centenario de otra transformación histórica... Una Sevilla de exposición
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