La gran parada naval en el río Guadalquivir de 1948

Fue el pretexto para una parada fluvial como no se ha visto otra igual en el Guadalquivir con buques de la Armada y otros navíos de guerra enviados por las naciones hermanas iberoamericanas con la República Argentina a la cabeza. Todavía estaba reciente el viaje de Eva Perón por España el año anterior y la propaganda franquista explotaba al máximo todos los recursos: los espectadores de 'Robin de los bosques' en el Coliseo tenían que tragarse primero el documental Franco-Perón, por supuesto mucho menos interesante que las aventuras del príncipe de los ladrones, encarnado por Errol Flynn.

El propio Franco acudió a Sevilla en octubre para conmemorar la fecha histórica. Y de paso, inaugurar el colegio mayor universitario Nuestra Señora del Buen Aire, la escuela de Peritos Industriales y las obras del Cerro de los Sagrados Corazones promovidas por el cardenal Segura. En el pabellón del Perú inauguró también una exposición de Regiones Devastadas.

En el Guadalquivir, todavía vivo antes del tapón de Chapina y todavía practicable hasta el puente de Triana por ser levadizo el de San Telmo, fondeó una escuadra formidable encabezada por el buque escuela español, el 'Galatea'. Además, una flotilla de destructores con el 'Lazaga', el 'Almirante Valdés', 'Císcar', 'José Luis Díez' y 'Jorge Juan', los cañoneros 'Calvo Sotelo', 'Cánovas del Castillo' y 'Hernán Cortés' que se abanderó en Sevilla, los submarinos 'General Mola', 'D1' y 'C7', los minadores 'Marte' y 'Júpiter' además de lanchas rápidas LT 22, 23, 25 y 26.

La flota internacional era igualmente impresionante. Portugal también envió su buque escuela, la fragata 'Sagres II', lo mismo que Brasil, la 'Almirante Saldanha'; Argentina trajo el guardacostas acorazado 'Pueyrredón' (aunque no fondeó en el río) y tres destructores, 'San Luis' 'Misiones' y 'Entre Ríos', a bordo del cual viajó una réplica de la Virgen del Buen Aire del seminario con destino a la base naval General Belgrano; República Dominicana, la fragata 'Juan Pablo Duarte'; Perú, la 'Teniente Gálvez'; Colombia, la 'Almirante Padilla'... Filipinas no envió barco, pero sí una misión.

La ciudad se engalanó para lo que se llamó la Feria del Centenario: guirnaldas con luces en la calle Betis, el paseo de Colón y los puentes de Triana y San Telmo. Hubo fuegos artificiales en el río, verbenas en el Cristina, el auto sacramental 'El Santo Rey Don Fernando' en el teatro Lope de Vega y una cabalgata histórica con 700 figurantes del Frente de Juventudes que daban vida a San Fernando y sus huestes. Misas, bailes, banquetes y galas con muchos floridos discursos en torno a la Madre Patria y su marina de guerra.