la madeja
La fuga de médicos buenos
El problema de la Atención Primaria es conceptual: exportamos muy bien e importamos muy mal
Las colas en los centros de salud de Sevilla son cada vez más habituales
El centro de salud más próximo es el espacio más importante de toda la cadena sanitaria. Un buen médico de cabecera trabajando en unas buenas condiciones salva cada día varias vidas. Un buen profesional detecta con rapidez el problema del paciente y lo diagnostica de ... forma rentable para el sistema, es decir, practicando las pruebas directas para confirmar el diagnóstico. En cambio, un mal médico de Atención Primaria encarga pruebas al voleo hasta encontrar el diagnóstico. La diferencia entre un profesional bueno y uno del montón es que el bueno tiene un sexto sentido que ha desarrollado a través de la combinación entre experiencia e intuición propia, a lo que suma un trato humano al paciente que consiste en dedicarle el tiempo que considera oportuno, escucharle con atención y mostrarse empático. En ese rato, el buen médico estrecha el diagnóstico y, si no puede atinar con exactitud, al menos desvía el caso al especialista exacto. En resumen, no marea al enfermo. Lo deriva correctamente. Siempre por atajos. Pero el médico sin experiencia y sin vocación para este tipo de atención trata al paciente como a un número, lo atiborra de análisis, máquinas y citas diversas y, finalmente, ofrece un diagnóstico que llega semanas después del que habría hecho el buen sanitario.
Todo esto viene a colación de la situación que se está viviendo en los centros de salud sevillanos con la fuga de profesionales locales a otros países, una situación que el SAS está tratando de solucionar con la contratación de médicos extracomunitarios con especialidades que nada tienen que ver con la de Familia. Se trata de un problema conceptual que no es imputable a un determinado gobierno, sino a un conjunto de políticas que han provocado la diáspora. En primer lugar, los médicos de la atención primaria están desprotegidos. Los datos del incremento de agresiones a sanitarios en estos centros hablan por sí solos. En segundo lugar, las condiciones de trabajo son muy deficientes: la ratio de pacientes por cada facultativo es insostenible, los recursos no alcanzan y los sueldos son inferiores a los de otros países de Europa. Obviamente, la medicina es una profesión estrictamente vocacional y estos problemas se equilibran gracias a la entrega personal de los profesionales. Pero todo tiene un límite. Y muchos jóvenes han decidido probar suerte en otros destinos en los que son mejor tratados.
Nuestros centros de salud necesitan médicos, pero la Universidad pone la nota más alta de acceso
La solución de la Junta, que es la competente en este caso, es buscar médicos sudamericanos que no tienen la especialidad, lo que se traduce en una devaluación de la atención, no porque los médicos extranjeros sean peores, sino porque no es lo mismo un médico de cabecera específicamente preparado para ello que un radiólogo o un endocrino. Pero hay aún otro problema más: la nota que se exige para estudiar Medicina es de las más altas en todas las universidades. Es decir, mientras faltan médicos para cubrir las plazas, se establece una restrictiva elite para formar a nuevos profesionales... que luego se van a Francia. Y, como siempre, nosotros lo pagamos.
Lo que pasó...
Notas de Selectividad. Las notas de la Selectividad han vuelto a ser este año altísimas, por lo que continúa el problema de acceso a determinadas carreras sólo para unos cuantos elegidos.
Rosalía. La cantante catalana está rasando con su gira de «Motomami» y en Sevilla ha vuelto a triunfar antes de recorrer medio mundo. Enhorabuena. Sólo un pequeño matiz: lo que canta no es flamenco. Gracias.
Lo que pasará...
Vuelve Antonio Muñoz. El alcalde ha estado unos días retirado de su agenda habitual por una intervención quirúrgica que tenía programada, pero ya está recuperado y su vuelta será inminente.
El día de Paco Vélez. El próximo miércoles 20 de julio tomará posesión como presidente del Consejo de Cofradías durante otros cuatro años Francisco Vélez de Luna. Que Dios le guarde.
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