Fernando Viota: «Si la historia de Elcano hubiera sido en EE.UU. ya habría ocho películas de Hollywood»

—En dos semanas llega el Festival de la Primera Vuelta al Mundo, ¿qué es lo que van a poder encontrar los visitantes?

—Va a ser el colofón al aniversario. Durante estos tres años, la pandemia no nos ha permitido celebrar todos los actos que habíamos previsto. Llevábamos esperando esta efemérides muchísimo tiempo y por causas ajenas, como es el Covid, no hemos podido realizarlo. Con este festival se pretende dar forma a ese final y terminarlo con un gran homenaje a Elcano y su gran hazaña. Queremos poner en valor tanto la parte cultural para acercarlo a todos tipo de público, sobre todo, el familiar, y traer la vuelta al mundo en diferentes formatos, desde conciertos relacionados, danza, teatro, teatros infantiles, recreaciones históricas, juegos infantiles de otra época, en resumen, conexión de la primera vuelta al mundo y lo que consiguió con diferentes puntos de vista de la cultura.

—¡Y barcos!

—Lógicamente, es el principal motor. Son la esencia de este festival, claro está, pero va a estar muy volcado en la parte de tierra. Queremos ahí darle un punto más, ese valor añadido y por eso va a haber actuaciones de diferente índole durante todo el día.

—¿Tiene vocación de permanencia en sucesivas ediciones o será sólo el remate de la efemérides de la primera circunnavegación?

—Hemos aprovechado esa fecha para poder hacerlo, pero sí nos gustaría que pudiéramos ligar Sevilla, con el peso que tiene a nivel marítimo y con todas las hazañas que partieron de aquí, a un festival de este tipo y hacerlo bienal o trienal. Habría que buscar la fórmula, pero sí creo que Sevilla es una ciudad en la que cabría hacerlo de manera permanente porque la ciudad se lo merece y estamos hablando de un gran atractivo turístico. Nosotros nos dedicamos a los barcos y llevamos con esto mucho años, organizamos festivales de este tipo en otras ciudades donde constituyen un gran reclamo para las familias para que puedan acercarse a esos barcos y sus tradiciones marineras; hablamos también de recuperar oficios como herrería, trabajos de cabuyería, carpintería de ribera para que la gente vea cómo se trabajaba antiguamente y poder recrearlos.

—Hablaba de otras ciudades, ¿Sevilla ha estado a la altura en la conmemoración de la gesta de Magallanes y Elcano?, ¿qué papel hemos hecho?

—Sevilla ha jugado un papel muy importante pero debido a las circunstancias del Covid, había una agenda con muchísimos acontecimientos que iban a ocurrir y que no se han podido materializar. La ciudad se ha volcado y, de hecho, se está volcando con este festival para poner Sevilla en su sitio, darle el peso que tenía hace quinientos años. Poco a poco, con este museo, se está uniendo ese proyecto de recuperación de patrimonio marítimo.

—Ya que lo dice, ¿cómo estamos de cultura náutica?

—Mal. Porque realmente cuando se dio la vuelta al mundo con la nao 'Victoria' para la exposición de Aichi 2004, el principal genio de todo esto, que es Ignacio Fernández Vial, fue haciendo una encuesta a todos los visitantes que venían a ver el barco y cuando les preguntaban por quién fue el primero en dar la vuelta al mundo, no lo sabían. Es un dato de 2004, pero incluso gente que pasa por delante del barco ahora, preguntan cuál es, no saben muy bien. Sí falta acercar toda la información, que es muchísima, para hacerla sencilla, adaptada a cada público, no para darla todo de golpe sino poco a poco con programas educativos para que los niños empiecen a saber de sus antepasados, de los logros que se consiguieron, ese símil que a veces se hace con el primer viaje a la luna pues esa es una forma muy clara de explicar lo que supuso el viaje hace quinientos años.

—Y en los países anglosajones, ¿ya saben que la primera circunnavegación es de Elcano o todavía se la siguen atribuyendo a Francis Drake?

—El problema que tienen es que los libros de Historia no están bien escritos. Sus comienzos no los tienen muy claros, los ingleses parece que fueron los primeros y entonces, acercarles muchas veces este tipo de barcos lo expresan con agradecimiento porque llevarles un galeón a una ciudad como San Agustín (fundada por la tripulación del galeón 'San Pelayo') es como si le lleváramos la Giralda, el mayor monumento que tienen allí. Cualquier cosa que le llevemos o un documento fundacional del Archivo de Indias los fascina y al que realmente le gusta la historia, tiene mucha pasión por conocerla.

—Esa fascinación de la que habla, ¿la observan también aquí?

—Es diferente. Dicen que en casa del herrero, cuchara de palo. El que es de fuera lo aprecia mucho más y el que es de aquí pues no sabe darle la magnitud que tiene, ha faltado un poco de cariño. El ejemplo claro es que si la historia de Elcano hubiera sido en Estados Unidos, habría habido ya ocho películas en Hollywood.

—Por cierto, ahora se ha estrenado una serie de televisión, ¿qué opinión le merece 'Sin límites'?

—Es una versión, lógicamente no es real del todo, pero se acerca un poco. Es una ficción y tienen que hacerlo de tal manera para hacer convivir la historia y la ficción. Para los puristas será una aberración y para los aficionados del cine sí puede acercarles aquel acontecimiento, con lo cual es positivo.

—Es curioso porque el cuarto centenario de la gesta se celebró en Guetaria. No sé si se puede decir que Sevilla le ha tomado la delantera a esta localidad guipuzcoana cien años después.

—Guetaria sigue, todos los años llevan a cabo la recreación del desembarco, sí que es verdad que es su fiesta local y le dan mucha importancia. De hecho, este año, para el festival en el muelle de las Delicias, van a venir de allí representaciones y algunos espectáculos. Al final, tenemos que convivir todas las ciudades implicadas: tanto Guetaria [patria chica de Elcano] como Zarauz, que reivindica que allí se construyó la nao, como Sanlúcar. Al final es una convivencia en la que en todas esas celebraciones no creo que tenga que estar uno antes que otros, no hay que buscar la controversia como se ha hecho en los últimos años sino que lo importante es la nao. Esta exposición ha intentado hablar en primera persona desde el barco para poner como protagonista al navío y sus tripulantes, no sólo Elcano sino también Magallanes, que Portugal también tiene aquí su sitio.