educación
«Tenemos que estudiar en cuatro pueblos distintos»
EDUCACIÓN Y BAJA NATALIDAD
Los habitantes de Castilleja del Campo que quieran llegar a la Universidad tienen que pasar antes por centros de Carrión, Benacazón y Sanlúcar la Mayor
Cualquier alumno nacido en Castilleja del Campo que quiera llegar a la Universidad tendrá que convertirse antes en un auténtico experto en la geografía del Aljarafe. Y, posiblemente, en un símbolo perfecto de lo que debe ser la adaptación a cualquier lugar. En pleno siglo ... XXI, mientras la tecnología copa nuestros intereses y los máximos mandatarios hablan continuamente de «conectividad», existe un lugar en Andalucía que parece abandonado a su suerte para aquellos que quieran tener un futuro con sus estudios.
Los jóvenes que crezcan en Castilleja del Campo y quieran hacer unos estudios universitarios tendrán que formarse antes en hasta cuatro centros de cuatro localidades distintas, una circunstancia aparentemente normalizada en el pueblo, pero que sin duda se trata de un hecho insólito e inquietante. Una auténtica odisea: hasta los 5 años podrán formarse en Castilleja del Campo, en el Centro de Educación Infantil; después, de los 6 a los 14, tendrán que ir a Carrión para continuar con los estudios de Primaria y el primer ciclo de la ESO; a posteriori, de los 14 a los 16, les tocará conocer Benacazón para hacer el segundo ciclo de la ESO, y ya por último, en los dos años previos a la Universidad, de los 16 a 18, tendrán que viajar hasta Sanlúcar la Mayor para hacer el Bachillerato.
Video. Alumnos de Castilleja del Campo en el autobús que les llevará hasta Carrión
«Yo ya estoy en el tramo final. Este curso empecé mis estudios en Sanlúcar», explica Enrique Pérez, estudiante de Castilleja del Campo que sueña con dedicarse a la música. «Cuando haces algo con ilusión, casi nada te cuesta. Bueno, algo sí, sobre todo, cuando suena el despertador para ir al Instituto», dice mientras no puede evitar reír. «El único problema es que me tengo que pegar unos 45 minutos en el autobús. Lo cojo a las 07.15 de la mañana porque hace muchas paradas. No me queda otra que madrugar Pero no pasa nada. Me duermo otro poquito más, y ya está». El estudiante de la localidad aljarafeña hace de un problema una solución: «Cuando eres pequeño ya sabes que si quieres estudiar vas a tener que estar mucho tiempo dentro de un autobús. Cuando empecé en Primaria también lo cogía, aunque tardábamos muy poco porque el trayecto era muy corto. También para ir a Benacazón para hacer tercero y cuarto de la ESO cogía el autobús. Al final es como que te acostumbras, aunque es verdad que cuando le digo a alguien todos los pueblos en los que he tenido que estudiar, se sorprenden».
El alcalde de Castilleja del Campo, Narciso Luque, lo mira con cierta admiración. «Nosotros entendemos la situación. Y valoramos el esfuerzo de nuestros estudiantes. De hecho, y aunque tenemos un presupuesto muy bajo, en el próximo ejercicio vamos a tener una partida para potenciar y premiar de alguna manera a los alumnos de nuestro pueblo. Hay que tener muy en cuenta el esfuerzo que tienen que hacer para seguir adelante con los estudios». Narciso Luque analiza con más detalles la situación. «Somos perfectamente conscientes de la problemática. Carrión sí está muy cerca, y, bueno, se puede entender. Nuestro pueblo no ha experimentado el crecimiento de otras localidades del Aljarafe. No nos podemos comparar en este sentido con pueblos como Umbrete, Espartinas… Tenemos unos 650 habitantes. Y el problema, como en toda España, es la baja natalidad. El problema en este sentido es que en un pueblo tan pequeño como el nuestro, pues se nota más. ¿Sabe cuántos alumnos tenemos en el Centro de Educación Infantil? ¡Menos de diez! Así es muy complicado».
Silvia Ruiz, madre de Carla y Martina, de diez y seis años, respectivamente, hace también su diagnóstico. «Al final, las niñas se acostumbran. Pero es cierto que no es recomendable tantos cambios, sobre todo, porque se ven obligadas a cambiar de dinámica de manera muy continuada. Los cambios de profesores, las directrices de un centro con respecto a otro... Son variaciones que van sufriendo», relata, para a continuación explicar el caso particular de su hija pequeña. «En el último curso de Educación Infantil sólo estaba con tres compañeritos. Ahora, claro, en Primaria son muchos más. Quizás, lo bueno, es que de alguna manera se van a ver obligadas a prepararse para la vida, que, al fin y al cabo, está llena de cambios».
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