Los daños del terremoto afectan al minarete de Marrakech en el cual se inspiró la Giralda

Donde sí se han producido daños más graves de derrumbamiento, según reporta la agencia AFP, es en el minarete de una antigua mezquita enclavada, como la de Koutoubia, en la plaza Jemaa al-Fna, y que su colapso causó heridas a dos personas. Allí se han hecho virales las imágenes por las redes de la torre desmoronándose y de personas recogiendo escombros. Numerosos ciudadanos han pasado la noche en dicha plaza por miedo a las réplicas.

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, no ha sido ajeno a esta cuestión, ya que se ha expresado a través de la red social X para lanzar un mensaje de solidaridad hacia el pueblo marroquí: «El terremoto en Marruecos también ha dejado daños patrimoniales, como el que ha sufrido el minarete de la mezquita Koutoubia». «Fue el modelo -prosigue el regidor- que utilizaron los almohades para construir la Giralda en el siglo XII. Esperamos que siga siendo el 'techo de Marrakech'».

Unas horas antes, Sanz ha empleado la misma red social para mostrar sus condolencias «a los vecinos y amigos de nuestra ciudad hermana de Marrakech, que ha perdido a muchos de sus ciudadanos en un terrible terremoto». Igualmente ha recordado que «en nuestro reciente viaje a China pude conocer a su vicealcalde, Khalid El Fataoui, al que ofrezco toda la ayuda y cooperación que necesite desde Sevilla».

Entre los lazos que unen estas dos ciudades, destaca la Koutoubia, la mezquita más importante de Marrakech y cuyo minarete inspiró a la Giralda. Este alminar fue uno de las mayores del mundo islámico de 70 metros de altura cuando finalizó su edificación en 1158. La construcción del edificio se inició en 1141 por el califa almohade Abd al Mu-min y tiene un color rosado, una piedra de arenisca típica de la ciudad.

La Giralda comenzó a levantarse en 1172. Mide 97,5 metros de altura y 101 con el Giraldillo. En 1356 hubo un terremoto con epicentro en el Cabo San Vicente que ocasionó cuantiosos daños en Sevilla y que provocó la caída de las cuatro bolas de bronce que coronaban por entonces la torre alminar de la mezquita mayor, por entonces ya convertida en catedral cristiana. En 1504 hubo un terremoto con epicentro en Carmona de movimiento sísmico de grado 7 u 8 aproximadamente. La tradición dice que las santas Justa y Rufina sostuvieron la Giralda para evitar que cayera, convirtiéndose en protectoras de este monumento. Esa iconografía se extendió por la ciudad tras el suceso.

El 1 de noviembre de 1755 se produjo otro grave seísmo de 9 grados en Lisboa. En Sevilla afectó a gran parte del caserío, hundiendo unas 300 casas y afectando gravemente a otras 5.000, dejando nueve muertos. Según las actas capitulares del Cabildo Catedral, el movimiento hizo que las campanas de la Giralda tocaran solas. Aunque no destruyó la torre, dejó alguna de sus partes en estado ruinoso y las principales bóvedas de la Catedral. En honor a las santas Justa y Rufina, un año después del seísmo se erigió un monumento con una imagen de la Virgen en un templete con una inscripción que recuerda lo acaecido aquel 1 de noviembre de 1755.

En 1888 hubo otro terremoto, de baja intensidad, que provocó el hundimiento del segundo cimborrio de la Catedral. El seísmo causó el hundimiento del crucero y la destrucción de parte del órgano, la verja, la vidriera y parte del órgano. El último gran terremoto que ha sufrido Sevilla fue a las 3.45 horas de la madrugada del 28 de febrero de 1969. Su epicentro fue también en el Cabo San Vicente y alcanzó los 7,3 grados de la escala Richter. Miles de sevillanos pasaron la noche en vela , acudiendo a lugares alejados de edificaciones. El seísmo afectó a numerosas edificaciones como la Catedral, donde se produjeron desprendimientos de pináculos y gárgolas. Uno de los desprendimientos, de 25 kilos, cayó sobre un comercio en la Avenida de la Constitución. También se cayó una de las azucenas de la Giralda. Igualmente fueron dañados edificios como el Ayuntamiento, la Torre del Oro, el Alcázar o el Museo de Bellas Artes.