De hecho, las afecciones por las obras que realiza la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte pueden apreciarse en todo el lateral del edificio que linda con el antiguo astillero medieval. Las grietas más visibles han sido los que se han detectado en la iglesia de San Jorge desde la misma fachada, donde se podían apreciar manchas de humedades y desconchones provocados por las obras en el edificio vecino.
Así, las grietas han afectado también al propio templo, donde, por ejemplo, una grieta recorre toda el techo de la bóveda de cañón, además de a la sacristía y la cripta bajo el altar mayor en la que está enterrado el que fuera su más recordado hermano mayor, Miguel de Mañara, refundador de la hermandad e impulsor de la construcción de la iglesia de San Jorge y el hospital.
Estas afecciones continúan en el muro del llamado Patio de los Rosales, donde en su centro se alza sobre una columna de mármol un busto en bronce de Miguel de Mañara, que ejecutó José Lafita en 1928. Este monumento está rodeado por unos rosales que, según la leyenda, fueron plantados por el propio refundador de la hermandad.
Las grietas también afectan a la estancia contigua al patio y que linda con las Atarazanas, que es la cocina del Hospital de la Caridad, a la que sigue el comedor, que también está afectado y donde se han colocado unas lonas para evitar que se llueva la bóveda, algo que sucedió durante las precipitaciones del pasado mes de junio. La última sala afectada es la de San José, la sala de fisioterapia de esta institución dedicada a la obra social.
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