Selectividad Andalucía 2023
Claves para ayudar a tu hijo a decidir su futuro profesional tras la Selectividad
No dramatizar, encontrar motivación, equilibrar vocación y empleabilidad y no forzar su voluntad son algunos consejos para padres desesperados ante la indecisión de sus hijos
Un tercio de los alumnos no logra estudiar lo que le gustaría tras la Selectividad
Selectividad 2023 en Andalucía: consulta las fechas, horarios y exámenes
M. B.
Sevilla
En unos días, miles de jóvenes se enfrentarán a los exámenes que determinarán su nota de acceso a la Universidad en la Selectividad. En muchos casos los padres se desesperan ante el retraso de sus hijos para decidirse por una u otra titulación.
Pero no se debe olvidar que se trata de jóvenes de 17 y 18 años que, en su inmensa mayoría, todavía no han tomado contacto con la realidad del mercado laboral. Y aunque la mayoría de los centros educativos destinan importantes esfuerzos a mostrarles las diferentes alternativas a las que pueden optar, no todos son capaces de visualizarse a sí mismos trabajando, ni de decidir a qué quieren dedicarse el resto de su vida.
Ante esta situación, muchos progenitores no saben cómo enfocar su papel. ¿Deben dejar que ellos solos adopten la decisión sin condicionarles? ¿Deben intervenir para ayudarles a valorar diferentes opciones? En este caso los padres deben recordar que la oferta de grados que existe actualmente no tiene nada que ver con la de hace 30 años ya que han surgido nuevas áreas de conocimiento que entonces no existían.
Para despejar estas dudas, el Centro Universitario U-tad, ofrece estos cuatro consejos:
No dramatizar. Los padres desean que sus hijos tengan sus ideas claras, y se pueden irritar si estos deciden en función de criterios poco racionales, como lo que han elegido sus amigos, el grado que parece más fácil o el centro que queda más cerca de casa. Pero no hay que olvidar que es una decisión muy compleja para un adolescente, y lo que necesitan es ayuda, no añadir más presión.
Encontrar una motivación. En lugar de empezar por preguntarse qué grado estudiar, se les puede animar a identificar qué cosas le motivan. Puede ser un servicio a la sociedad, el afán de conocimiento científico, la creatividad, el espíritu emprendedor e innovador… y a partir de ahí, ayudarles a buscar la oferta de grados relacionados, visitar los centros donde se imparten y preguntar a docentes y profesionales que trabajan en esas tareas. El mismo grado puede ser totalmente diferente si se estudia en una u otra universidad.
Mercado laboral tras la Universidad
Equilibrar vocación y empleabilidad. Si se van a dedicar a algo toda su vida, deben tener en cuenta el aspecto vocacional. Algunos grados que aparentemente ofrecen pocas salidas, pueden estar disponibles en inglés o darles pie para cursar un máster con mejores oportunidades profesionales. Pero tampoco se debe perder de vista que el objetivo de la preparación universitaria es acceder al mercado laboral, así que, ante dos enfoques vocacionales, se debe tratar de guiarles hacia el que pueda tener más facilidad de contratación.
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Nunca forzar su voluntad. Si los padres deciden por ellos, puede hacer que estudien desmotivados algo que nunca realmente quisieron. Si tienen claro lo que quieren hacer, pero no es lo que los padres quieren, se les puede aconsejar, pero son ellos quienes han de tener la última palabra. Y si se equivocan, y una vez comenzados los estudios descubren que no es lo que inicialmente pensaban, no se debe tratar como un fracaso: siempre hay tiempo para empezar de nuevo.
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