HEMEROTECA
Cuando el rey de Marruecos plantó al presidente de la Junta de Andalucía
Se cumplen veinticinco años de la última visita de un monarca marroquí a Sevilla
JAVIER RUBIO
Mucho antes de que la presidenta Susana Díaz cruzara el Estrecho para obtener audiencia con el rey de Marruecos Mohamed VI siguiendo una estela de visitas oficiales que inauguró Manuel Chaves en su etapa al frente de la Junta de Andalucía, ... los reyes alauitas tenían a Sevilla como escala ineludible para sus viajes oficiales en los que reafirmar los lazos de amistad entre ambos países vecinos.
Se cumplen justo ahora veinticinco años de la última visita de un soberano marroquí a Sevilla, la de Hassan II, que tuvo lugar el 24 de septiembre de 1989 como primera etapa de un viaje de Estado pospuesto en más de una ocasión a lo largo de los diez años anteriores. Como quien espera lo mucho, espera lo poco, el avión de Hassan II aterrizó en el aeropuerto de San Pablo siete minutos antes de las cuatro de la tarde de aquel día de la Merced con varias horas de retraso sobre el horario previsto facilitado a los periodistas y las autoridades. Era la primera vez que el Comendador de los Creyentes llegaba a la España democrática que su «hermano» Juan Carlos I había contribuido a modernizar desde su ascenso al trono en 1975.
A pie de escalerilla lo recibieron el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra ; el presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla ; el ministro Virgilio Zapatero ; el alcalde de Sevilla, Manuel del Valle ; y el jefe de la Casa del Rey, el marqués de Mondéjar , todo un gesto de amistad entre ambos monarcas. Y dos centenares largos de súbditos movilizados en autobuses desde Málaga y Almería para festejar la llegada del soberano a los que se les permitió pisar la pista de rodadura. « Viva la amistad entre sus majestades », rezaba una larguísima pancarta que resultaba evidente que no habían confeccionado por sí mismos. Al menos sus cánticos y gritos bereberes animaron la espera, que llegaría a ser la nota dominante de aquel viaje.
De plantón en plantón
Los plantones y el cambio de horarios fueron la tónica de aquella escala en Sevilla. Borbolla y Del Valle esperaron en vano una audiencia a lo largo de la tarde que finalmente se trasladó sin previo aviso a las once de la mañana del día siguiente. Ambos tuvieron que aguardar hasta hora y media antes de que los recibiera por espacio de tres minutos para entregarles la orden alauita con que los condecoró . El alcalde le hizo obsequio de una réplica de la aldaba de la puerta del Perdón almohade del Patio de los Naranjos.
El rey Hassan, de hábitos nocturnos , no abandonó su habitación -con vistas a la Giralda por expreso deseo del soberano- en la planta reservada en exclusiva para él y su séquito, hasta las 12,26 de la tarde. El retraso se había ido acumulando a lo largo de toda la jornada. La cena de gala no se inició hasta medianoche , haciendo esperar varias horas al ministro de Relaciones con las Cortes y el delegado del Gobierno, Alfonso Garrido.
Obsequio para el primer bailarín
La anécdota del viaje la protagonizó el grupo de danzas Ciudad de Sevilla , que amenizó con su baile la velada. Tan entusiasmado quedó Hassan II de aquel regalo en forma de danza que arrancó una flor del centro de mesa dispuesto para entregársela al primer bailarín. Éste agradeció el gesto en una conversación de cortesía con el monarca.
La elección de Sevilla como primera escala en su viaje oficial estaba motivada por el recuerdo del viaje de 1956 como príncipe heredero hasta en sus más mínimos detalles: el monarca alauí decidió mover de sitio el tablao donde iba a ofrecérsele un espectáculo de danza al mismo patio central donde había tenido lugar 33 años antes en que acompañó a su padre, el sultán Mohamed V. En 1965, la otra ocasión en que Hassan II vino a Sevilla , la visita fue mucho más fugaz porque el rey se dirigió a una cacería con Franco en Andújar durante los días 12 y 13 de febrero. La visita de 1989 era, sin embargo, muy diferente.
Hassan II había agradecido al Gobierno español la concesión de una parcela de 7.000 metros cuadrados para levantar el pabellón de Marruecos en la Expo92 , un empeño personal del monarca reconvertido como sede de la Fundación de las Tres Culturas por el presidente Chaves con la inestimable colaboración del influyente Abdetalif Filali, ministro de Exteriores en 1989 y destacado integrante del majzén rabatí con Hassan II.
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