Las crónicas de la II GM
La última contraofensiva polaca: Bzura, 09/24-09-1939
Los polacos contraatacaron para aliviar el cerco de Varsovia y ganar tiempo para replegar a las tropas, pero la rápida reacción alemana acabó con el grueso del ejército en dos semanas
Víctor Javier García Molina
La velocidad del avance alemán en Polonia impide la ejecución del dispositivo defensivo preparado por el Estado Mayor polaco en el Plan Z (Zachod, Oeste). Los plazos del repliegue de los ejércitos polacos marcados por aquél se tienen que acelerar e improvisar, lo cual provoca ... una gran confusión y desorden. Muchos regimientos, e incluso divisiones enteras, quedan separadas y aisladas del grueso de sus respectivos Ejércitos y dejan de ser operativas o se ven obligadas a rendirse.
Uniendo los restos de las fuerzas que se retiran de Pomerania con los Ejércitos de Poznan y de Lodz, se intenta realizar un contraataque que ayude a reagruparse a las divisiones polacas en retirada y alivie la presión sobre Varsovia, que es atacada ya desde el 7 de septiembre por la 4ª División Panzer. La ofensiva se plantea para que dé comienzo el día 9 y, aunque la coordinación entre las diversas fuerzas y Ejércitos polacos participantes es muy pobre, el Grupo Operativo Knoll (Ejército de Poznan) golpea por sorpresa el flanco alemán sobre el río Bzura. Gozando de superioridad numérica por primera vez en lo que va de campaña, los polacos obligan a retirarse a las Divisiones 30ª y 24ª alemanas con graves pérdidas.
La sorpresa y el éxito inicial son un espejismo pues el Alto Mando alemán reacciona con rapidez enviando grandes refuerzos a la zona, al ver en la contraofensiva una oportunidad para cercar y derrotar al grueso del ejército polaco. En efecto, para el día 12 de septiembre, los alemanes están en disposición de contrarrestar el ataque polaco, cuyas unidades se verán obligadas a luchar ya sólo para sobrevivir al cerco en el que se ven metidas. Los combates, sin embargo, se prolongarán durante 15 días, hasta que, rodeados y sin ningún tipo de apoyo, los últimos batallones polacos se rindan.
En la ofensiva del Bzura quedaron de manifiesto los graves problemas a los que estaba sometido el ejército polaco: por un lado, su escasa movilidad; por otro, las deficientes comunicaciones entre los diferentes grupos operativos y Ejércitos. Y por último, la ausencia de mandos intermedios capaces de gestionar las reservas y refuerzos a un nivel más local, ya que toda esa labor quedaba en manos de un mando supremo demasiado alejado de la acción. La suerte de Polonia está echada. En dos semanas, su ejército está derrotado y eliminado como fuerza operativa, pero aun así seguirá combatiendo hasta el final, a despecho de lo desesperado de la situación y de la falta de acción de los aliados occidentales, Francia y Gran Bretaña, prácticamente inmóviles a lo largo de la frontera occidental de Alemania.
La última contraofensiva polaca: Bzura, 09/24-09-1939
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