Un experto en dietética explica si realmente se puede beber el agua del grifo de Canarias: «La mayoría de los ciudadanos y turistas la van a desechar»

Así, la falta de agua puede tener consecuencias negativas para la salud, como deshidratación y cansancio, afectando funciones básicas y el bienestar general.

En España, el agua del grifo es considerada una de las mejores de Europa y, según estudios de la OCU y otros organismos, está rigurosamente supervisada y cumple con altos estándares de calidad. Algunas ciudades reconocidas por la calidad de su agua del grifo son Burgos, San Sebastián, A Coruña, Pontevedra, León, Valladolid, Vizcaya, Guipúzcoa y Madrid, donde destacan tanto el sabor como la baja presencia de minerales como el calcio o cloro.

Por el contrario, zonas como Zaragoza, Teruel, Valencia o Almería presentan aguas más duras y con sabor menos agradable, aunque siguen siendo seguras para el consumo. Así, beber agua del grifo en la mayoría del país es una opción saludable, responsable y sostenible.

En las islas Canarias, una de las preguntas más recurrentes en hogares y conversaciones cotidianas es si el agua del grifo es realmente apta para el consumo humano. Muchos canarios recuerdan desde pequeños haber escuchado que no debía beberse, en parte por su sabor o por la creencia de que no era segura.

El reconocido nutricionista y especialista en microbiota Miodrag Borges, una de las voces más destacadas en el ámbito de la salud en España, ha zanjado el debate sobre la potabilidad del agua del grifo en Canarias. Según explicó en uno de sus últimos vídeos realizados en las plataformas digitales, «la respuesta corta es que sí, ya que este elemento está regulado por normativas tanto estatales como europeas que garantizan la salubridad del agua».

El experto, canario de nacimiento, recordó que «Las Palmas suele ocupar los puestos de honor en rankings de calidad del agua del grifo como los que suele elaborar la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)». Sin embargo, reconoció que persiste un escepticismo muy arraigado entre la población. «Es mi caso y también el de centenares de miles de canarios que pensamos desde pequeños que el agua del grifo no se debe beber y por eso se utiliza el agua embotellada», apunta en la grabación de Tik Tok.

El especialista, autor del libro 'Los 7 secretos (a voces) de la salud' (Ed. Samarcanda), atribuye esta desconfianza a diversos factores. «Gran parte del agua proviene de desaladoras. Esto garantiza el suministro, pero el sabor puede ser fuerte y en ocasiones poco agradable», indica. A ello se suman «zonas donde el agua es muy dura y, justo lo contrario, otras donde la mineralización es muy pobre tras los procesos de desalinización».

También apunta el experto a problemas puntuales derivados de infraestructuras antiguas: «En algunos pueblos con redes viejas o depósitos privados puede haber problemas de sabor o exceso de cloro».

Pese a estas particularidades, el experto insiste en que «el agua del grifo de Canarias es completamente segura», aunque reconoce que «dadas sus características, la mayoría de los ciudadanos y turistas la van a desechar».