Un español viaja a Vietnam y se queda sin palabras con lo que venden por la calle en este país: «Qué mal cuerpo se me ha quedado»
Carlos Cruz está muy impactado por lo que ha visto en un puesto callejero de Hanói
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Aquellos que viajan a otros países suelen experimentar una gran cantidad de choques culturales. Y es que estas diferencias están presentes en cualquier lugar o situación: en los restaurantes, en los supermercados, en las oficinas de trabajo, en los hospitales, en los ... colegios o en las calles.
Para intentar que el impacto sea menor, es fundamental estar bien informado sobre el territorio que se va a visitar. Cada lugar tiene sus propias normas y costumbres, por lo que no conocerlas puede arruinar por completo nuestra estancia allí.
Esto es algo que confirma Carlos Cruz. El conocido creador de contenido español se encuentra en Hanói, la capital de Vietnam. Aunque, por lo general, todo iba bien, el joven ha descubierto qué venden en los puestos callejeros y se ha quedado totalmente impactado.
Un español, impactado por lo que venden en los puestos callejeros de Vietnam
Carlos Cruz explica que iba por las calles de Hanói cuando, de repente, ha visto que en una mesa «se estaban comiendo un perro». «Qué mal cuerpo se me ha quedado», lamenta.
El español indica que estaban asando al animal en un puesto callejero. «Le han quitado las orejas y lo están fileteando ahí al lado», sostiene.
El creador contenido, que se dedica a recorrer el mundo, asegura que él suele probar todos los platos típicos de cada lugar. Sin embargo, esto le supera. «No soy aprensivo y no me da asco nada porque al final es la cultura y hay que entenderlo, pero esto no puedo. No me salen las palabras», comenta muy impactado.
Carlos matiza que no quiere que se vea como algo malo porque «viajar es esto». «Solo enseño lo que se hace en este país y que es algo muy normal porque lo hacen en medio de la calle», añade. De hecho, le ha preguntado al hombre del puesto si los ciudadanos se comen los perros. «Me ha dicho que las nuevas generaciones ya no tanto, pero los mayores sí», concluye.
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