Todo lo que puedes hacer en Sevilla en tres días: imprescindibles que no deben faltar en tu visita

Para recorrer la ciudad, lo ideal es organizarse por zonas y distribuir las actividades por jornadas, intentando que lo que vayas a visitar esté lo más cerca posible, para ganar en tiempo y exprimir al máximo la visita.

El primer día puedes partir desde la Plaza del Duque de Sevilla, presidida por la escultura del pintor Diego Velázquez desde 1892. Desde aquí, podrás ver que hay dos calles principales conocidas por ser zona de comercio y restauración y en las que se puede empezar el recorrido. Una opción es la calle Sierpes desde la que llegarás a Plaza Nueva donde se encuentra el Ayuntamiento de Sevilla.

La otra opción es andar por calle Tetuán para llegar a la Plaza de San Francisco, parte trasera del Ayuntamiento. Uno de sus elementos más representativos es la Fuente de Mercurio, situada delante del edificio del Banco de España. Igualmente, vayas por donde vayas, una plaza de otra está a menos de un minuto andando, por lo que antes de continuar con el trayecto, puedes pararte en ambas y tomarte tu tiempo para ver la zona.

Para tomar algo a mediodía, puedes subir por la calle Álvarez Quintero hasta la Plaza del Salvador en la que se encuentra la conocida Iglesia Colegial del Divino Salvador, en la que puedes hacer una pequeña pausa y visitar su interior. A la salida, justo en frente, está la Antigua Bodeguita, el sitio perfecto para tomar una cerveza y una tapa antes de seguir con los planes.

Reanudamos la ruta y en vez de volver por donde hemos venido, que sería una alternativa perfectamente válida para llegar hasta la Catedral, te damos otro camino para seguir empapándonos de las calles de la ciudad hispalense. En dirección hacia la Cuesta del Rosario desde la Plaza del Salvador, a mano derecha giraremos en la calle Francos, otra reconocida calle de la ciudad por sus comercios tradicionales de artículos religiosos, trajes de flamenca o de productos artesanales. Es una calle que no tiene pérdida, solo tienes que andar y andar hasta que veas que el recorrido se bifurca en dos calles. Deberás escoger la de la izquierda, la calle Placentines, que te ofrecerá al final de su camino unas vistas espectaculares de la Giralda, ideal para pararte a hacer una foto.

Tras esta primera parte de recorrido, llega el momento de visitar uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad hispalense, la Catedral de Sevilla. Si el viaje es programado, para agilizar y garantizar el acceso a los monumentos, puedes hacerte con las entradas online. El tiempo de visita para la parte de la Catedral y la Giralda es de 75 minutos, además, también está disponible la visita a las cubiertas. En esta temporada de verano, mejor es hacerla por la noche para disfrutar aún más de las panorámicas de la ciudad.

Puedes hacer una visita gratuita a la Catedral y Giralda, pero en un horario muy limitado. Está disponible de lunes a viernes, excepto los días festivos de 14:00 a 15:00 horas, con aforo diario limitado. Los horarios de acceso son de 11:00 a 19:00 horas de lunes a sábados y los domingos de 14:30 a 19:00 horas. Es aconsejable comprar las entradas online ya que son más baratas, la entrada general la puedes comprar por 11 euros mientras que en taquilla sería 12 euros. Para pensionistas mayores de 65 años, estudiantes de hasta 25 años y personas con discapacidad a partir del 33%, 6 euros online y 7 euros en taquillas.

Al acabar esta visita, es importante hacer una parada para reponer fuerzas. Saliendo de la Catedral, en la calle Mateos Gago, tendrás infinidad de opciones ya que es una calle en la que abunda la restauración, pero si tienes opción, puedes parar en la Bodega Santa Cruz, es un bar típico sevillano que suele estar bastante concurrido, casi siempre está lleno, pero merece la pena esperar. Tienen una amplia carta de tapas y platos tradicionales, su servicio es rápido y no podrás irte sin probar el flamenquín, el adobo o un montadito de pringá.

Para finalizar el primer día de recorrido, qué mejor que en la Plaza de España de Sevilla, que hace poco ha sido nombrada la más bonita de Europa. Tendrás que bajar caminando por la Avenida de la Constitución y al llegar a Puerta Jerez, continuar caminando por la calle San Fernando, topándote con el parque del Prado de San Sebastián. Justo en frente, desde la avenida Isabel la Católica, podrás acceder a la Plaza de España. Es un monumento que encanta verlo por el día, pero por la noche es un lugar mágico.

Por si fuera poco, en las inmediaciones de la Plaza de España se está celebrando el festival Icónica Sevilla Fest hasta el próximo 22 de julio, que cerrará su tercera edición con un concierto de la artista italiana Laura Pausini. Artistas como Pablo López, Alejandro Fernández, Bizarrap, Lola índigo o Solonum ya han pasado por el escenario.

También han ofrecido sus conciertos Vanesa Martín el 29 de junio, Ana Torroja/ Fangoria/Nancys Rubias o la Gala Mariachi. Kraftwerk el 3 de julio, Bomba Estéreo y Julieta Venegas el 4 de julio, Marco Antonio Solís el 5 de julio, Fito Páez el 6 de julio, Beret el 7 de julio, Loquillo/Los Secretos el 9 de julio, Scorpions el 11 de julio, Nile Rodgers & Chic el 12 de julio, el Homenaje a Ennio Morricone el 13 de julio, Anastacia el 14 de julio, LP el 15 de julio, Especial Carretera y Manta y Laura Pausini con dos conciertos los días 21 y 22 de julio.

Si quieres completar tu visita a Sevilla con un concierto, puedes ver la información completa del festival a través de su página web y sacar tus entradas.

Una buena idea para empezar el segundo día de turismo por Sevilla es acudir a los Jardines de Murillo, antesala del barrio de Santa Cruz. Como se explica desde el Ayuntamiento de Sevilla, su diseño es profundamente sevillano: el espacio está articulado por pequeñas glorietas con fuentes, completado con construcciones de ladrillo visto con decoraciones cerámicas. Estos jardines son perfectos para dar un paseo, tomar el aire a primera hora de la mañana -antes de que el sofocante calor veraniego comience a apretar- y disfrutar. También puedes ponerte al día en botánica, ya que albergan todo tipo de especies: desde dos enormes ficus hasta clásicos naranjos, típicos de la capital hispalense, pasando por celestinas, magnolios, acacias, laureolas, damas de noche, e, incluso, una parra virgen que trepa por el muro que separa al parque del Alcázar.

Para concluir la ruta por los Jardines de Murillo, una opción es atravesarlo recorriendo la calle de Nicolás Antonio, que desemboca en la plaza de Santa Cruz, de planta rectangular, salpicada por naranjos y con una icónica cruz de forja -llamada la cruz de la Sierpes- en el centro. En uno de sus flancos hay una placa que recuerda que allí estaba la iglesia de Santa Cruz, demolida en 1810, durante la invasión francesa, donde, en 1682, fue enterrado el celebérrimo pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo.

Se trata de la puerta de entrada al barrio de Santa Cruz, antigua judería de Sevilla. Lo mejor para conocerlo es dejarse llevar y perderse entre sus intrincadas callejuelas. Imprescindibles son bares como Casa Román (en el número 1 de la plaza Venerables) o Las Teresas (en el número 2 de la calle Santa Teresa), aparte de lugares como la iglesia Santa María la Blanca, el Hospital de los Venerables y la plaza de Santa Marta, un rincón poco conocido por los turistas en el que se pueden hacer fotos muy diferentes a las habituales.

Desde Qué Plan te proponemos una ruta para conocer el barrio. Primero, pasear por el callejón del Agua, paralelo a los Jardines de Murillo, donde pueden encontrarse placas dedicadas a personajes ilustres como el escritor neoyorquino Washington Irving, autor de 'Cuentos de la Alhambra', y enamorado confeso de Andalucía, y al Marqués de la Vega Inclán, uno de los mayores impulsores del desarrollo del turismo en España y responsable de la reconstrucción del barrio Santa Cruz a principios del siglo XX.

Se puede seguir por la calle Vida. Para encontrar el porqué de su nombre hay que viajar hasta 1391, cuando una revuelta antisemita se extendió por el territorio español y recaló en Sevilla de una forma muy cruenta. Los cristianos atacaron el barrio judío, entrando en él por la noche y cerrando todas sus salidas para que nadie pudiera escapar. Sin embargo, cuenta la leyenda, uno de los guardias olvidó cerrar una de las puertas, justo en la calle Vida, permitiendo que algunas familias judías consiguieran huir del horror. Se trata además de una bocacalle de la calle de la Muerte, más conocida como Susona, que también esconde una truculenta historia.

La calle Vida desemboca en uno de los enclaves más famosos del barrio: la plaza de Doña Elvira, que en el siglo XVII acogía un afamado corral de comedias y, según la leyenda popular, era donde estaba la casa de Don Gonzalo de Ulloa, padre de Doña Elvira, del 'Don Juan Tenorio' de Zorrilla. Partiendo de este punto se puede recorrer las calles Rodrigo Caro y Joaquín Romero Murube para acabar en el emblemático Patio de Banderas, un lugar desde el que se pueden tomar magníficas instantáneas del conjunto catedralicio y que constituye el punto de salida de los Reales Alcázares.

El conjunto palaciego amurallado es uno de los monumentos más visitados de la capital hispalense, ya que turistas provenientes de todas las partes del mundo llegan atraídos por su mezcla de estilos arquitectónicos: aunque predomina el arte islámico, también están presentes el mudéjar, el gótico, el renacentista, el manierista y el barroco. Entre sus dependencias destacan patios como el de la Montería, el de las Muñecas o el de las Doncellas o salones como el de Embajadores o el de los Tapices. Patrimonio de la Humanidad, es el palacio habitado más antiguo de Europa y, dentro de él, destacan sus jardines, que constituyen un repaso y un recorrido por la historia del paisajismo.

El pasado 9 de junio comenzó una nueva edición de las visitas nocturnas teatralizadas que, esta vez bajo la temática 'Mujeres olvidadas en la historia del Real Alcázar', representa la Compañía Teatro Clásico de Sevilla. Durará hasta el próximo 21 de octubre y en este enlace encontrarás toda la información al respecto.

Una vez fuera del histórico edificio, se puede dar un tranquilo paseo en dirección al río Guadalquivir, arteria principal de la ciudad, un sitio que ofrece la oportunidad de hacer todo tipo de actividades. La idea es llegar a la Torre del Oro, antes de cruzar el Puente de San Telmo, junto al palacio que recibe el mismo nombre. Se trata de una torre defensiva del siglo XII y de arquitectura almohade. En su interior alberga, desde 1944, el Museo Naval, imprescindible para profundizar en la relación indisoluble que durante la Edad Moderna existía entre la capital hispalense y las Indias. En la cima del edificio, de 36 metros, hay un mirador que permite contemplar el río, el casco histórico de la ciudad y el mítico barrio de Triana.

De nuevo en la calle, el siguiente paso será atravesar el Puente de San Telmo, llegar a la plaza de Cuba y, desde aquí, dirigirse a la calle Betis para dar un paseo bordeando la orilla del río. Es la ocasión perfecta para, luego, adentrarse en Triana, lugar de nacimiento de personajes ilustres, desde exploradores hasta toreros, pasando, por supuesto, por cantaores y bailaores. En su seno alberga monumentos como las iglesias de San Jacinto y Santa Ana, el Castillo de San Jorge o, a la vuelta, la Capillita del Carmen y el Puente de Triana. También está plagada de corrales de vecinos que se pueden visitar y de bares para todos los gustos y tipos de comensales. En esta completa guía encontrarás toda la información necesaria para hacer una ruta por el barrio y exprimirlo al máximo.

Cuando hayas recorrido el barrio y cenado en alguno de sus restaurantes, puedes acudir al Patio de Triana, que, como cada verano, ofrece un completo programa de espectáculos al aire libre: representaciones teatrales, monólogos, musicales, recitales de baile y cante flamenco, espectáculos de danza, teatro para los más pequeños, magia y conciertos. En este otro artículo, te proporcionamos toda la programación, día a día, al detalle.

Para acabar esta segunda jornada de turismo y ponerle el broche de oro a la noche, una buena idea es acudir a algunas de las terrazas que salpican la ciudad, idóneas para las veladas de verano. Justo frente al barrio de Triana, para disfrutar de él desde una perspectiva diferente, está el Ático Lobby. Su terraza ajardinada, en la esquina del Paseo de Colón con Reyes Católicos, ofrece unas vistas de 360 grados de la urbe. La piscina, la decoración tipo Eifell, la iluminación y la coctelería -tanto clásica como de autor- son señas de identidad del local.

Para el tercer día, partimos desde las Setas de Sevilla, también conocida como Plaza de la Encarnación, que recibe este nombre por un antiguo mercado de abastos que se sigue conservando en la planta baja del edificio. Su inauguración fue en 2011, proyecto del arquitecto Jürgen Mayer quien presentó el diseño de este edificio vanguardista. Hoy por hoy, es uno monumentos más recientes que puedes visitar en la ciudad de Sevilla.

Aquí puedes visitar tanto el Antiquarium, que es un museo de restos arqueológicos, con precio de la entrada general de dos euros. Es importante que tengas en cuenta que también hay exposiciones y actualmente se encuentra disponible hasta el 2 de julio 'Pamela' una exposición de fotografía de retratos femeninos desnudos con pamela, realizadas por Edu Pacheco. Para obtener información sobre las entradas puedes hacerlo a través de este número de teléfono 955 471 422 o a través de la página web de icas.sevilla.org. El horario del Antiquiarium es de martes a sábado de 10:00 a 20:00 y domingos y festivos de 10:00 a 14:00 horas.

Otra visita que puedes incluir es subir al Mirador de las Setas de Sevilla para disfrutar de panorámicas de la ciudad y donde te quedaran unas fotografías espectaculares. La entrada es de 5 euros e incluye una consumición gratis en el bar de tapas de la segunda planta. En ambos, las entradas se pueden comprar online o en taquilla. El horario del Mirador es de viernes a domingo de 9:30 a 22:00 horas.

Para continuar el trayecto, debes dirigirte a calle Regina, una calle muy peculiar y estrecha con tiendas de ropa vintage y establecimientos para tomar algo dulce, como La Cacharrería, conocida por sus tartas, gofres, crepes… o comerte una galleta cookie casera en 'Dulce Regina'.

Al acabar esta calle entrarás en otra con mucha personalidad, calle Feria, muy conocida por el 'Mercadillo histórico del Jueves' en el que se puede encontrar lo que menos imagines ya que se venden todo tipo de antigüedades y objetos de coleccionista. Si tienes interés en conocer la historia de algunas de las hermandades de Sevilla, en esta vía hay unas cuantas. La iglesia de Montesión acoge a la hermandad del mismo nombre.

Continuando el camino, nos encontramos la Iglesia de Omnium Sanctorum, templo gótico-mudéjar del siglo XIII que actualmente es sede canónica de las hermandades de Los Javieres y El Carmen Doloroso y que está a escasos metros del Mercado de Abastos, perteneciente al siglo XVIII siendo uno de los mercados más antiguos que aún se conservan.

Y como era de esperar, la hora de la parada para hacer un descanso tenía que llegar. Aproximadamente, a la altura con calle Relator, tendrás que girar a la izquierda, y en un minuto andando llegarás a la Alameda de Hércules.

Es una zona de la ciudad que siempre está repleta de gente. Aquí no sabrás que sitio escoger para pararte a comer, ya que está llena de bares, restaurantes, además de pubs y discotecas para disfrutar del ocio nocturno. Algunas opciones para comer pueden ser el 'Karpanta' para comer pizzas o hamburguesas, 'Las Columnas' un sitio de lo más tradicional del que no te podrás ir sin probar su montadito de pringá o el 'Duo Tapas' con platos como la ensaladilla de pollo, el risotto o la carrillada entre las más relevantes.

Reanudando el camino, volvemos por calle Relator en dirección calle San Luis en la que es parada obligatoria visitar la Iglesia de San Luis de los Franceses, declarada como Bien de Interés Cultural y que fue fundada por la Compañía de Jesús en 1731. Es una auténtica joya cultural del patrimonio sevillano, de estilo barroco, que fue diseñada por el arquitecto Leonardo de Figueroa.

Uno de los elementos más destacados de su interior es el 'Retablo Mayor' dedicado a San Luis, rey de Francia. Está muy decorado y es una maravilla para ver ya que entremezcla formas, espejos, luces y colores, y del que destaca la gran corona. Este retablo está presidido por un lienzo de San Luis perteneciente a la escuela de Zurbarán. Para poder visitarla el horario de verano es de 9:00 a 17:00 horas de martes a domingo. La entrada general es de 4 euros y los domingos por la tarde tiene el acceso gratuito.

Para continuar con la tarde, al comienzo de esta misma calle esta la Basílica de la Macarena, que alberga la Virgen María Santísima de la Esperanza Macarena, uno de los puntos de penitencia más conocidos en la Madrugá de la Semana Santa de Sevilla. Visitar la Basílica es gratis con horarios de 09:00 a 14:00 horas y de 17:00 horas a 21:00 horas, pero si también quieres entrar en el museo el precio de entrada es de 5 euros.

Finalmente, para rematar estos tres días de una ruta al completo por la ciudad de Sevilla puedes cenar en alguno de los bares de la zona, como el 'bar Esperanza', ubicado enfrente de la basílica, de cocina tradicional con especialidades en espinacas con garbanzos, las croquetas o la carrillada ibérica.