Las voces de la resistencia en la Alameda de Hércules de Sevilla

Así lo explica Medina padre, un profundo conocedor de todos los cambios vividos tras los ventanales de su restaurante y olor a solomillo al whisky. «Todo ha mejorado mucho -explica-, los cambios siempre han sido para mejor , indudablemente. El ambiente es muy bueno ahora y la mezcla de gente es enorme, hay de todo. Antes, básicamente, sólo venían algunos hombres en solitario, y ya sabemos para qué venían a esta zona, pero ahora no hay prostitución ni droga ni aquella delincuencia , que nos hizo pasar mucho miedo en nuestros primeros tiempos».

«Ahora viene mucha gente distinta y de toda clase -añade Medina-, desde el albañil al arquitecto, y además se han sumado muchísimos turistas , que son ya casi los que forman la mayoría de nuestra clientela habitual. Como hay tantas opciones para comer en esta zona, viene muchísima gente. Curiosamente, llegamos a pensar que toda esa nueva competencia, tantos bares y restaurantes nuevos y modernos, nos traería problemas, pero ha sido al contrario y viene incluso más gente . A más opciones donde elegir, más personal viene. Nos pasó lo mismo cuando quitaron el mercadillo, que nos traía cierto público. Nos dio miedo imaginar que la gente dejaría de venir ala Alameda sin mercadillo, pero ha sido justo al contrario».

Otro de los ilustres miembros de la resistencia es el Fun Club , que lleva 32 años funcionando en el ala este del bulevar como sala de conciertos y discoteca al mismo tiempo y cuyo propietario, Pepe Benavides, ha visto pasar a varias generaciones por el recinto. «Ha cambiado todo y de manera muy profunda. Se llevaron el albero, se llevaron el mercadillo, se llevaron la prostitución... y la verdad es que el ambiente y el civismo ha mejorado una barbaridad, nada que ver con aquellos tiempos tan duros en los que daba miedo ir más allá de la Campana si había caído la noche», explica el responsable de la conocida sala, que incide en la «variedad del público que ahora disfruta de la Alameda, desde jóvenes a familias con niños los fines de semana . Quizás ha perdido un poco aquel viejo sabor , el arte callejero de alguna, el flamenco en alguna esquina, pero indudablemente esta parte de la ciudad ha cambiado y mucho a mejor ».

Para Benavides, uno de los elementos esenciales del nuevo bulevar es «la cantidad de extranjeros espectacular que viene a disfrutar de las copas, del ambiente o de la gastronomía, que ahora ofrece una variedad enorme y acorde con los tiempos. Todo ha cambiado muchísimo. Es otra hasta la luz que tiene la Alameda. Y de eso se ha beneficiado toda la ciudad, indudablemente».