15 lugares insólitos de Sevilla que no imaginas que están aquí

En el interior de antigua cripta del Tempo de la Anunciación nos encontramos esta maravilla arquitectónica. El panteón con planta de cruz latina es una obra para admirar y analizar, por su techumbre abovedada, el salpicado rosa del suelo o las pareces de granito pulido. En él, desde 1913 se conservan los restos de los hermanos Bécquer que fueron reclamados por las autoridades sevillanas, siendo hoy en día parte imprescindible del panteón de los Sevillanos Ilustres.

La presencia de Fernando VII todavía se conserva con la estatua del francés Pierre-Joseph Chardigny en el convento de Santa Clara. Fue enviada por Napoleón III a la infanta María Luisa Fernanda para que adornada los jardines de su palacio, San Telmo. La estatua alberga una curiosa historia ya que realmente se creó para presidir una plaza de Barcelona y su final ha sido en Sevilla, a ojos de pocos y vista como una mercancía de muy poco valor. Aún conociendo su triste final, es una obra que merece la pena ver y apreciar al detalle.

Desde el año 2015 el Hospital de la Santa Caridad, abrió sus puertas al público para mostrar donde se hospedó Miguel Mañara durante años. Estas estancias son tres habitaciones que conservan el suelo y objetos originales, además de las escaleras que el propio Miguel mandó construir. Todo ha estado oculto durante años, sobre todo, por la figura tan negativa que se creó de Miguel Mañara tras las leyendas que giraban en torno a su vida.

En la parroquia de Santa Ana alberga la conocida sepultura de 'la tumba del Negro' y que su leyenda trata de que aquel que encontrase el pájaro que hay en ella tendrá suerte en el amor y se casará. ¿A qué se debe esta historia? Pues a un indio enviado desde Puerto Rico a España por Cristóbal Colón, Íñigo López al que se le conoció como 'el Negro de Triana'. Este fue acogido por un marqués para que le sirviera y que finalmente acabó con la vida de Íñigo. Fue a mediados del siglo XIX cuando de la nada surgió esta leyenda entorno a su figura y en la que si las mujeres solteras daban siete patadas a la sepultura encontrarían marido.

El Pabellón de Marruecos, también conocido como Fundación Tres Culturas de Andalucía es un lugar en el que hoy en día se celebran eventos de todo tipo de temática como conferencias, talleres, exposiciones, cursos, clases de idiomas, visitas guiadas o desfiles de moda, entre tantos. Lo que más nos puede impresionar es su arquitectura moderna con rasgos de la tradición marroquí como los mosaicos a mano y madera tallada.

Este pabellón lleva en la ciudad de Sevilla desde la Expo del 92, se sitúa en la Isla de la Cartuja junto al Pabellón de Suecia y el Pabellón de Noruega. En la actualidad, se ha convertido en la sede a sede de la Fundación para la Investigación y Difusión de la Arquitectura de Sevilla (FIDAS). El pabellón fue diseñado en memoria de un monumento natural finlandés, por eso tiene esta forma bastante peculiar, fue diseñado por un grupo de estudiantes de arquitectura, siendo una construcción con mucho simbolismo.

Este edifico representa un importante hito de la arquitectura industrial sevillana, está relacionado con la ultramarina española en la época de la Edad Moderna y su expansión. Desde 2018 se convirtió en Centro Cultural y de Innovación Magallanes tras el proyecto Interreg entre España y Portugal, financiado con 20 millones de euros de fondos europeos. Hoy en día es un espacio para nuevas ideas empresariales, como talleres multidisciplinares, estudios de grabación, salas expositivas o espacios coworking.

Si nunca te habías fijado, en el vestíbulo de la Estación del Prado de San Sebastián se encuentran ocho obras de arte creadas por el pintor Juan Miguel Sánchez para la inauguración de la estación allá por 1941. Es un conjunto interesante y bastante curioso tanto por la mezcla del autor de escenas costumbristas con este estilo y por la dificultad de encontrar ejemplos de arte fauvista en Sevilla, y que se puedan contemplar gratuitamente. ¡Si te vas de viaje, no olvides fijarte bien!

En el interior de esta capilla, dedicada al culto de los toreros, se conserva una representación de Luca Valdés, realizada entre 1709 -1715 de la Batalla de Lepanto con las embarcaciones en plena lucha y en la parte superior central la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en sus rodillas portando un Rosario. Además, también aparece representada la figura del Papa Pío V arrodillado en una nube con una mesa y un crucifico. Obra que no te puedes perder si pasas por la Real Maestranza de Caballería.

Viajando en el tiempo, fue en 1857 cuando el que por entonces era el alcalde de Sevilla, García de Vinuesa, se sentó a llorar desconsoladamente en esta piedra en la calle San Laureano, a la que se denominó como 'la piedra llorosa' por la historia que hay tras ella. El motivo por el que adquirió este nombre fue el acontecimiento por el que llevó al alcalde a acabar aquí sentado y fue cuando en la ciudad hispalense se produjo un pronunciamiento popular que acabó con la vida de 82 jóvenes, y que él no pudo evitar. Por ello, se conserva junto con una lápida conmemorativa en recuerdo a la leyenda que existe detrás de esta curiosa piedra.

Por las calles del barrio de San Lorenzo nos encontraremos esta curiosa estatua empotrada en la pared de una calle, en la calle Hombre de Piedra. El mismo nombre que da a la calle se debe a la leyenda de esta estatua, en la que un tal Mateo conocido como 'el rubio' fue convertido en piedra por castigo divino por blasfemia y se quedó en el mismo sitio donde sucedió. Estas habladurías son las que dan nombre a la calle donde se encuentra, pero realmente se cree que la estatua procede de unos baños romanos que estaban por la zona en la época musulmana y que también se conocieron como 'los baños de la estatua'.

En plena calle San Luis está la iglesia de San Luis de los Franceses, fundada en 1609 sobre un palacio mudéjar, un edifico de lo más sugerente y llamativo, sobre todo si te fijas en la arquitectura de la fachada, resultando de lo más atractiva. Bajo la misma se encuentra una cripta en la que se encontraron innumerables restos óseos, que podrían pertenecer a monjas, mujeres, niños y también varones. Esta ocupa todo el perímetro de su planta y que cuenta con una espectacular bóveda.

Esta reconocida torre que nos encontramos en frente del Puente de la Barqueta formaba parte de la fábrica de San Francisco de Paula, conocida por la Fábrica de los Perdigones, de aquí hereda su nombre. Fue restaurada en 2005 y hoy en día se puede visitar ya que es un atractivo turístico de 45 metros de altura y conocido por la cámara oscura y el mirador.

El Arzobispado de Sevilla aguarda grandes sorpresas, como el artesonado y estructuras del siglo XV. El techo se encargó en 1604 por el cardenal Fernando Niño de Guevara, a la obra se le atribuyeron a diversos artistas al no conocer su procedencia pero fue Enrique Valdivieso quien propuso que estas obras se realizaron Girolamo Lucenti que ocupan todo el techo del Salón Principal. El Palacio acoge visitas dos sábados al mes con cuatro tandas, todas grupales, en el que muestra las distintas dependencias nobles de este edifico perteneciente a mediados del siglo XVI.

Este edificio fue construido a finales del siglo XIX y se trata de la Casa de la familia Mensaque situada en la calle San Jacinto de Triana. En su interior conserva uno de los conjuntos cerámicos más impresionantes de la ciudad hispalense. Es un claro ejemplo de como la burguesía de la época se decantó por la cerámica para la decoración de sus espectaculares viviendas, convirtiéndose en una de las familias con mayor tradición ceramita de Sevilla.