Javier Ruibal convierte el teatro Alameda en el 'Saturno Cabaret'

El músico y compositor gaditano presenta en Sevilla su homenaje a los antiguos cabarets de los sesenta y prepara nuevo disco

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Javier Ruibal en el teatro Alameda que convertirá el jueves en 'Saturno Cabaret', el titulo de su ultimo disco maría guerra

Javier Ruibal (El Puerto de Santa María 1955), es un músico todoterreno, con cuarenta y cinco años de carrera en sus espaldas, o mejor dicho, a la guitarra, compañera de composición y de escenario.

Desde que en 1983 publicara su primer disco, 'Duna' hasta ' ... Saturno Cabaret' realizado en 2023, han sido quince los álbumes editados, a los que se suman la banda sonora de películas como 'Atún y chocolate', 'Lejos del mar' o 'Arena en los bolsillos'. Pocos saben que suya es la música del desaparecido programa de televisión 'Ratones colorados', y que ha compuesto temas para artistas tan diversos como Sara Baras, Martirio, Ana Belén, Javier Krahe, Mónica Molina o Pasión Vega.

Fue el segundo portuense, tras Rafael Alberti, que hizo el pregón del Carnaval de Cádiz y le dieron la medalla de Andalucía en 2007. En 2020 le llegó desde el cine un reconocimiento nacional como fue el Premio Goya a la mejor canción original por su canción 'Intemperie' de la película del mismo nombre de Benito Zambrano.

Dice con humor gaditano que está en la 'línea de salida' por aquello de haber cumplido los 70 años, «aunque me siento como si tuviera 65», y quizás esa energía le ha llevado a subirse de nuevo al escenario acompañado por nueve músicos en el teatro Alameda de Sevilla el 9 de octubre, para hacer un espectáculo titulado 'Saturno Cabaret', el título de su último disco.

- 'Saturno Cabaret' es una evocación del cabaret de los años 50, en un lugar donde había muchos en esos años, una ciudad grande y puerto abierto como Barcelona, aunque podría haber sido en cualquier otra ciudad. Es un homenaje a la gente de esos tiempos, a la paciencia y al aguante que tuvieron. Desde la carencia, la persecución, la prohibición, ellos supieron buscarse el camino para evadirse aunque fuera dos horitas. Dice el slogan del disco, 'las penas se quedan fuera, te esperan a la salida'. Pero mientras esta gente estaba en el cabaret, un chiste picante, un muslo con una liga..., mira qué cosa tan inocente, un poquito de glamour y lentejuelas les daba a estas pobres criaturas una fantasía que la vida diaria no les otorgaba.

- ¿En ese imaginario del cabaret estaría también el 'Pay-pay' de Cádiz?

- Si, pero mucho más doméstico, mas chiquito. Hubo un tiempo en que los cabaret eran el pre-prostíbulo, y luego dejaron de serlo, eran solo cabarets, enfocados en el baile, la canción... Lo curioso es que cuando descubrieron el teatro romano de Cádiz el escenario del teatro el Pay-Pay estaba justo detrás. El arte era algo muy lúdico y de privilegiados y claro cerca se ponía gente que podía sacarle rentabilidad a la noche, en las noches de Roma, en la nochede los tiempos, en la noche del franquismo, en la larga noche de la especie humana.

- ¿Dónde ha quedado el cabaret?

- Se perdió, aunque yo espero que quede en la memoria de la gente que lo vivió. Yo no lo viví, pero hay alguna generación que todavía lo recuerda. Y yo espero que 'Saturno cabaret' sirva de llamada de atención contra el reaccionarismo tan tremendo que está habiendo de pronto, con gente que invoca la 'mano dura' como si eso fuera una cosa de nada. Riñen, mandan, persiguen y prohiben..., esas invocaciones de tiempos dictatoriales. Yo espero que sirva para las nuevas generaciones que no saben nada de esto, que son hijos de la libertad y de la play station, y que tienen libertad hasta para pedir 'mano dura'. No sé si el espectáculo puede tener esa utilidad, pero sobre todo que sirva para diversión del público.

- Es un espectáculo que con los tiempos que corren puede calificarse como 'gran formato'.

- La verdad es que si, porque son nueve músicos y dos bailarines que ilustran lo que se interpreta, y cada canción es la historia de un personaje, bien sacado de entre el público del cabaret o de los mismos que trabajaban en el cabaret. Y por medio reivindicaciones de huelgas generales y cosas de éstas, pero hecho todo desde la evocación sonora y visual de aquel tiempo, no es ninguna denuncia, pero en aquellos tiempos se decían cosas y en el cabaret, también.

- '....Las penas se quedan fuera'.

- Exacto, libérate, vuelve a fantasear porque luego la vida continúa, y si no te va muy bien, no te va a ir mucho mejor, pero al menos vas a encararla con ánimos renovados.

- Ha cumplido 70 años, ¿qué tal el cambio de decenio?

- Es un simple cambio de número porque no me siento mucho mayor que con 65...,, aunque a veces pienso que voy de salida. Me tomo más en serio y con más énfasis trabajar en mi oficio intentando no repertirme, creando algo que signifique una novedad. Quiero dar continuidad a lo que ha recibido el público que me ha seguido y también al que venga y tenga interés en estos rincones de la emoción, que lo vean con agrado y piensen: aquí hay algo nuevo. Pero con la edad, (dice con humor), sí he pensado: yo soy mayor que el Papa, y claro, los papas siempre eran los abuelos, muy mayores, y ahora yo soy más mayor, y eso te da idea de en qué momento de la vida estás. Y lo acepto con normalidad, no me duele nada ni debo dinero y tengo afectos por todos lados.

- Es usted del Puerto de Santa María y ejerce de gaditano, pero uno de sus discos más populares fue 'Pensión Triana' que señaló su gran relación con Sevilla.

- Yo viví en Sevilla de los 10 a los 14 años que es cuando te das cuenta un poco de qué va esto, y fueron años decisivos. Sevilla es una ciudad muy apacible, muy amable con un tiempo parecido al de Cádiz. Estoy ligado a Sevilla desde siempre y si la canción se llama 'Pensión Triana'..., es que es tan sonoro. Los lugares de hostelería de poco postín tienen mucha literatura.

- Con cuarenta y cinco años de carrera, ¿dónde encuentra la inspiración?

- De ese lugar donde bajan las canciones, que uno no sabe de dónde bajan, y las ideas de pronto llegan, anotas, apuntas y las acompañas de música, y de repente no puedes creer que haya salido de tu cabeza. Cada canción tiene algo milagroso, llámale las musas o lo que sea. Aunque también depende del buen ánimo con el que te levantas, y si yo trabajo una historia nueva es porque me siento bien. La cabeza hay que nutrirla de certezas y de que puedes imaginar cosas.

- ¿Qué ha cambiado en sus canciones a lo largo de los años?

- No sabría decir. Yo he cantado mucho al amor que empieza y termina, nunca eso de hasta que la muerte nos separe. Me interesa que quede un rescoldo y un buen recuerdo, saboreando lo vivido. En eso no he cambiado. No me interesa la codicia sobre la otra persona, o si tu estás para complementar mi vida..., si yo no me complemento sólo, ¿te voy a fastidiar tu vida? Yo tengo un optimismo enfermizo que me da mucho sustento y desde ahí enfoco las canciones que hago, y también un espectáculo como 'Saturno Cabaret' que es costoso y hay que trabajarlo mucho para que resulte, pero me embarqué en él con entusiasmo. Me he metido en muchas dificultades económicas para llevarlo para adelante, pero no me importó. Soy un optimista sin remedio.

- En su trayectoria profesional ¿ha habido también algún momento de 'travesía en el desierto'?

- Bueno, algunos, sobre todo cuando todavía tu cabeza y tu emotividad no ha terminado de asumir que nadie te está mirando, nadie te compara con nadie, no se hace algo de cara a terceros, y entender que dentro de cada uno de nosotros hay una persona luchando por sostener su vida. Uno puede envidiar la vida de otro y a lo mejor a ese otro le ha ido mal en terrenos que a ti te ha ido bien. Cuando pasas esas travesía del desierto de compararte con, sentirte observador por, cesurarte tu mismo y cortarte las riendas antes que dártelas, una vez superado eso entras en un estado feliz..., con muchas comillas alrededor, pero la felicidad es eso, asumirse.

- ¿Su música sería la misma fuera de Andalucía?

- Yo creo que no, hay resortes que saltan espontáneamente cuando estás en tu ambiente. Lo da la luz, el clima, la experiencia, la relación que tienes con tus amigos. Viví un tiempo en Madrid y allí compuse dos discos, uno de ellos bajo la presión de la pandemia. Pero a estas alturas mi conformación estética está ya hecha, y quizás podría componer donde fuese, pero prefiero hacerlo en Andalucía.

- Imagino que los amigos también faltan, ¿echa de menos a alguien en particular?

- Yo echo en falta a dos personas de las que fui gran admirador, y luego fueron mis amigos: Paco de Lucía y Enrique Morente. También echo en falta a Javier Krahe, con el que tuve una relación muy cercana. Pero con Paco de Lucía y Enrique Morente no era tan cercana, pero si había algo muy bonito: que ellos me eligieron como amigo y me dieron un lugar delante de los demás. Pusieron su mano en mi hombro y ese tipo de cosas se agradecen tanto... Me quedé con las ganas de hacer algo con ellos. Ahora se nos ha ido Pablo Guerrero al que conocí con la frescura con el que iba a cantar a Madrid aquellos años hace tanto.

- Creo que está metido en otro proyecto, podríamos decir que 'peculiar'.

- Es otro disco monográfico. Igual que éste es todo lo que ocurre en un cabaret, el nuevo es todo lo que le ocurre a un bordado de seda finísimo maravilloso que es robado en la ciudad Imperial, en Pekín, y va trotando de mano en mano y termina en mis manos en Cádiz... Me vino esa idea que voy a llamar, 'El lienzo de seda, un cuento chino', son doce canciones, doce momentos en la vida de personas que han tenido el bordado en la mano y a unos les ha ido mejor y a otros peor. Y no, no sé de dónde vino la idea, me llegó de donde vienen las ideas.

'Saturno Cabaret'. Javier Ruibal.

Dónde: Teatro Alameda. Calle Crédito, 13.

Cuándo: 9 de octubre

Hora: 20,30h.

Entradas: 30 euros.

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