Una pedida de mano con contratiempo incluido, el verdadero origen de las 'croquetas de la Pedroche' de Dabiz Muñoz

'Joaquín, el novato' comenzó su andadura este miércoles 5 de octubre recibiendo a Dabiz Muñoz . Antes de probar qué tal se le daban los fogones y aprender del mejor cocinero del mundo , el maestro de ceremonias charló de todo un poco con el invitado en la primera parte del formato. Y es que gracias a su desparpajo, Joaquín consiguió que el chef de Diverxo diera detalles de su vida con los que suele escatimar delante de una cámara. De su relación con Cristina Pedroche , incluidos.

El cocinero se remontó primero a los inicios con su chica. «Yo estaba haciendo deporte y una marca de deportes me invitó a un acto. Ella también iba. Tuve una reunión con el director de marketing y al terminar, ella ya estaba allí. Y pensé que era más guapa de lo que había visto. Pero he de reconocer que siempre he sido un poco parguela para esto de las chicas. Siempre he sido un poco tontito y me ha costado. Cristina siempre ha llevado la voz cantante. Ella me dijo de quedar al siguiente día, me dijo de ir un día a correr... Llevábamos un mes saliendo y ya me decía que nos íbamos a casar».

Al mes de conocerse, la presentadora ya le puso un cepillo de dientes en su casa. «Yo era conocido, pero ella lo era mucho más. Y yo pensaba que ella debía ir con más cuidado. Pero es que me decía que era el hombre de su vida, nos vamos a casar... Yo flipaba. Pero mira, a los seis meses de conocernos nos estábamos casando. A mí me encantaba ella desde el primer día, pero pensé que la relación iba a ser más complicada. Pero me demostró desde el primer día tanto amor y que quería estar conmigo a todas».

Precisamente le pidió matrimonio en DiverXO, en una mesa que le mostró a Joaquín. Ese día no solo sellaron su compromiso, también crearon las famosas 'croquetas de la Pedroche' en homenaje a la colaboradora de 'Zapeando '. «Era un día en el que el restaurante cerraba. Entonces llené una esquina de globos y puse una canción que en aquel entonces nos gustaba mucho. Fui a buscar a Cristina al trabajo y me la traje al restaurante. Había echo una fuente gigante de croquetas para ella, para pedirle matrimonio. Entonces tenía la fuente y en el fondo estaba el anillo», desveló.

Ante una desconcertada Pedroche, Dabiz Muñoz le explicó que tenían que comerse todas las croquetas. La pedida de mano sufrió un contratiempo: no fueron capaces de terminárselas. «Nos comimos doce cada uno y todavía quedaban veinte», relató el chef ante un presentador muerto de risa.

Como su plan romántico se había ido al traste, decidió intervenir. «Empecé a escarbar en las croquetas, a ver si lo veía, y al final cogí el anillo y le pedí que se casase conmigo».

Tras ese momento se les ocurrió investigar cuál sería la croqueta perfecta para la presentadora. «Probamos diferentes tipos y texturas hasta dar con la croqueta perfecta de Cristina ».

Dabiz Muñoz también respondió a otra de las preguntas del millón: los hijos. «Yo no digo que haya renunciado, pero sí que no es el momento. Estoy a tope con mis cosas y ella, igual, no para de currar. Tenemos claro que si algún día somos padres será porque los dos nos podemos encargar del niño. No va a ser nunca pensando que uno tiene que renunciar a su carrera. No es el momento, pero Cristina es muy joven».

Respecto a su faceta profesional , contó que lleva ya 15 años al frente de DiverXo. El proyecto que tantas satisfacciones le ha dado lo comenzó a los 27 años. Tres lustros después y con tres estrellas Michelín en su curriculum sigue estando cada día al pie del cañón en el local. No falta al trabajo porque le encanta lo que hace. «Cuando tu trabajo es pasión es difícil saber cuando estás trabajando y cuando no. Sigo conservando hambre y ambición por conseguir más cosas. Funciono por retos que me voy poniendo a corto plazo». Esa noche el desafió del chef era enseñar a cocinar a Joaquín . Aunque es consciente de que «va a ser muy jodido».

Al hilo, el invitado se remontó a sus primeros pinitos en la cocina con 12 años. «Mis padres ahorraban para llevarnos al primer restaurante de cocina creativa, 'Viridiana', del chef Abraham García. Era mi máxima ilusión y mi máximo regalo. o soñaba con tener algún día un restaurante como lo que era 'Viridiana' para mí, un lugar creativo».

Pero por un tiempo su carrera anduvo por otro derroteros totalmente diferentes. El chef es un forofo del fútbol, sobre todo del Atlético de Madrid. De hecho, el club colchonero estuvo a punto de convertirse en su futuro profesional. Siendo un adolescente formó parte de la cartera rojiblanca durante cuatro años.

Hasta que lo dejó para entrar en la Escuela de Hostelería, donde a base de trabajo despuntó como uno de los mejores del mundo en la profesión. Hoy por hoy, el mejor. Aunque el no se sienta como tal. «Estoy encantado, pero es una gran responsabilidad. Hay muchos ojos que te están mirando. A nosotros nos pasa como a ti en el futbol, nos juzgan partido a partido. El presente es muy efímero en la gastronomía», se sinceró.

Lo que no quita para que se sienta en el presente en el mejor momento de su vida. Cada día saborea lentamente el prestigio de contar con tres estrellas Michelín en su restaurante.