COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
No aparentamos la edad
Hoy se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores en un contexto marcado por el edadismo
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónResulta que en Andalucía dos de cada diez personas son mayores de sesenta y cinco años, casi un 20% de la población andaluza, en un país que envejece –según las estadísticas- a pasos agigantados. Nuestra comunidad está por debajo del índice de envejecimiento, y aunque ... las previsiones apuntan a que la estructura demográfica de Andalucía variará drásticamente en los próximos cincuenta años, posiblemente ni usted ni yo estaremos aquí para contarlo. Un tercio de los residentes actuales en nuestra comunidad tiene entre treinta y sesenta años, y aunque la primera hornada del «baby-boom» ya ha entrado en la clase pasiva, Andalucía se mantiene en buena forma con respecto al resto de España; o, al menos, no aparenta la edad que tiene.
Habrá quien encuentre la explicación en las políticas de envejecimiento activo –o saludable- que son ya una práctica habitual en nuestros mayores. Ya sabe, «Mens sana in corpore sano», con cuatro objetivos: la salud, la participación, la seguridad y el aprendizaje. Aulas de experiencia, clubes de lectura, gimnasia para mayores, cursos de fotografía, senderismo, acompañamiento… el programa 'En buena edad', promovido por la Junta de Andalucía, es un claro ejemplo de que los años no son un impedimento para seguir fomentando la curiosidad y el aprendizaje y para cultivar las relaciones sociales. Los mayores andaluces son los más activos del país, y puede que sea gracias a una planificación estratégica de atención a este segmento de población. Pero hay otra parte que quizá no se tiene en cuenta, porque nadie la cuenta, o porque nadie se da cuenta de que, en Andalucía, el envejecimiento activo ha estado presente desde hace muchísimo tiempo. Las abuelas andaluzas –y los abuelos- han sostenido a las familias, han criado nietos, los han llevado al colegio, a las actividades extraescolares, han seguido lavando y cocinando aun cuando el nido se les quedó vacío, y han acogido con los brazos abiertos a los hijos que han vuelto al hogar, salvando con sus pensiones muchos finales de mes. Han seguido madrugando, arreglándose para salir a por el pan o a por los mandados de última hora, saludando a los vecinos y preocupándose por las gentes de sus barrios. Asisten a conferencias, escriben, participan en las asociaciones, pintan, y se reinventan cada día.
Hoy se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores en una sociedad marcada por el edadismo, que no reconoce –ni quiere reconocer- el valor de las personas mayores como transmisores de valores y de cultura, de memoria, de dignidad, de resiliencia, de bisagra entre generaciones, de valentía y de supervivencia. Nuestros mayores no aparentan la edad que tienen, pero la tienen, y la llevan a sus espaldas, no como una carga, sino como una responsabilidad social. Porque no debemos olvidar que hablar de personas mayores es también hablar de futuro, de cómo queremos envejecer y de qué sociedad queremos ser. Y que más que para celebrar, este día sirva para mirar a nuestros mayores sin paternalismos, sin prejuicios, sin condescendencia, sino con orgullo y con admiración.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete