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Pero ni siquiera Marisa, que celebraba su 40 cumpleaños ese día, cayó en la cuenta de que, entre las efusivas felicitaciones por su efeméride, se había colado una emitida desde el perfil de Mario. Tuvo que ser Luis, ya de madrugada, quien se percatara del mensaje, Muxas felicidades, wapa , rematado por dos iconos de tartas de cumpleaños. Mario, eres tú? , preguntó, y muy poco después la propia Marisa, y también Félix, Silvia y Piluca hicieron lo propio. Yo mismo, incluso, llamé al móvil de Mario, para toparme con el aséptico mensaje habitual: el número que usted ha marcado no existe. Primero nos reímos, pero en seguida las risas adquirieron una textura nerviosa. Alguien removió el recuerdo de la relación de Marisa con Mario, rota una década atrás. Cómo hubiera sido todo de distinto hoy, verdad? , soltó Félix. Ahí Marisa se deshizo, no podíamos saberlo pero era obvio que lloraba. Entonces, para relajar el ambiente, Silvia recordó aquella fiesta adolescente donde Mario y ella se habían enrollado por primera vez. Qué torpe era bailando lento , recordó Marisa. Te pisaba siempre . Todos sonreímos con caritas carcajeantes. Sólo Mario optó por un emoticono de carita enfadada.