Cardo máximo
Simplemente
Hubiéramos agradecido que el Gobierno de Sánchez nos tratase como adultos en la cuestión de los túneles de la SE-40
Pocas veces la primera frase de una información recoge de manera tan magistral la esencia de lo que se quiere contar. Lo leerían ayer en estas mismas páginas, firmada por Elena Martos: «Los túneles de la SE-40 ni son irrealizables ni son inviables, simplemente ... son caros». Exacto. Aunque no es nuevo. Quiero decir que todos sabíamos que lo que se escondía tras la decisión del Ministerio de Fomento de renunciar a los túneles adjudicados en 2009 estaba la cuestión económica, así que no ha debido de sorprender a nadie. Lo que es novedoso –y ahí está el mérito de la compañera Martos, sabuesa fina persiguiendo la noticia en los farragosos informes técnicos oficiales– es que figure negro sobre blanco en una resolución del propio departamento ministerial. Y que, conociendo ese documento aireado ayer en la portada de ABC, el exministro Ábalos se plantara en Sevilla a dar explicaciones tramposas sobre el proyecto de la circunvalación hispalense. Era lo que mejor se le daba en sus tiempos en el Consejo de Ministros. Digo, lo de inventar versiones de un hecho y trampear las justificaciones, que al final, todo se sabe.
Se inventaron lo de las especiales características geotécnicas del subsuelo de aluvión para no tener que admitir lo evidente: que veían muy cara la solución de los túneles para una ciudad como Sevilla. A lo mejor, si hubiera sido en otra punta de España donde andan buscando proyectos a los que enchufarles dinero del contribuyente para calmar las ansias secesionistas de sus élites extractivas, pues Fomento habría tragado con el desembolso. Si hubiera sido para Cádiz en tiempos de Teófila, capaz de remover Roma con Santiago, para construir un segundo acceso a la ciudad desde la bahía con un coste de más de 500 millones de euros, pues Hacienda –en tiempos de Rato, claro– habría asumido el monto a rastras. Pero en Sevilla, donde nadie protesta por nada, donde hasta la plataforma cívica reivindicativa del enlace de la SE-40 acabó inexplicablemente dándose la vuelta en apoyo del Ministerio, es un dispendio inadmisible.
La exclusiva de este periódico sitúa el debate en el territorio donde realmente tiene lugar: en la hoja de cálculo de los presupuestos. Soluciones técnicas para todo tipo de suelos y todo tipo de perforaciones hay de sobra. Es cuestión de decidir cuánto dinero se está dispuesto a poner sobre la mesa. Es cuestión de echar números incluyendo costes de oportunidad y ocultos.
Y hubiéramos agradecido que el Gobierno de Sánchez nos tratase como adultos a los que plantear disyuntivas económicas con plena conciencia de lo que implica el gasto público. En vez de eso, prefirió engañarnos con la añagaza de las dificultades técnicas del subsuelo. Eligió simplemente mentirnos.
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