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PÁSALO

Ve al despacho

Pongamos que les hablo de ABC. De más de treinta años atrás

Nicolás Salas presentando uno de sus libros J. M. SERRANO
Felix Machuca

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Entré en la redacción con el temor que los americanos entraban en los arrozales minados del Vietcong, esperando que, en cualquier momento alguna de aquellas bombas periodísticas explotaran en sarcamos, del que mi desnudez de periodista sin bautizar no podría protegerse. Pongamos que les hablo ... de ABC. De más de 30 años atrás. En Cardenal Ilundain. El piso más alto del periodismo local y andaluz. La torre vigía de la actualidad del momento. Que pasaba de una época a otra. De una mentalidad a otra. De una régimen a una democracia. De un pollo en la bandera a un escudo constitucional. Del señorito en el campo a los peritos. De la censura a la libertad de prensa. Del azul al rojo. Del patrón al obrero. Tiempos difíciles pero preciosos. Como son todos los tiempos de cambio. En esos tiempos es donde mejor se fragua un periodista que, repito, entró en aquella redacción como un borinquen del west side de Nueva York en los arrozales vietnamitas. Con los ojos redondos como los de un negro de una banda de jazz, la boca abierta identificando en carne y hueso el mito de la firma de prestigio y escuchando, con el compás que solo tenían aquellos pulsos sobre el teclado de las Olivetti, la mejor banda sonora del periodismo que nunca pude oír. En aquel periódico había un jefe que ejercía y se empeñaba en serlo: Nicolás Salas. El hombre que me llamó para que recalara en ABC.

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