Observatorio meridional
Siempre Nadal
Su afán de superación, su fe indesmayable y su calidad lo han elevado a la categoría de español ejemplar
Desde que, con diecisiete años, ganara su primera Copa Davis en la improvisada pista del estadio de la Cartuja de Sevilla, Rafael Nadal ha cosechado un palmarés de triunfos que ni el más optimista hubiera soñado entonces. Ayer ganó en Australia su Grand Slam número ... 21, lo que lo confirma no sólo como el mejor deportista español de todos los tiempos sino como el tenista más laureado de la historia. A sus treinta y cinco años Rafa Nadal, que hace unos meses dudaba sobre si podría volver a jugar al tenis, echó ayer mano de la épica y consiguió con sus golpes imposibles y su fortaleza mental un dramático triunfo tras remontarle dos sets en contra al formidable Medvedev.
Su afán de superación, su fe indesmayable y su calidad han elevado a Nadal a la categoría de español ejemplar. Pocos personajes patrios suscitan una admiración tan unánime como el tenista de Manacor, excepción hecha de los consabidos mamarrachos de siempre.
Rafael Nadal es admirado tanto por sus incuestionables éxitos deportivos como por su sencillez y su talante. Pese a haber jugado en escenarios abiertamente hostiles no se le recuerda ni un mal gesto ni una mala palabra sobre sus adversarios. Forjado en el sufrimiento deportivo el mallorquín gana siempre cuando parece que va a perder, lo que engrandece aún más sus victorias. En definitiva, Rafael Nadal es un orgullo para España.
@aybarrapacheco
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