TAL VEZ FELICES
El verbo dimitir
La RAE podría incluir un anexo con los antónimos: el Congreso está lleno
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Iniciar sesiónAsí viene recogido en la primera acepción de la RAE: «Renunciar a algo, especialmente a un cargo». Dimitir es un verbo infinitivo de la tercera conjugación, con pocas primeras personas del singular y del plural y mucho imperativo hacia el adversario. En la parte de ... ejemplos, la RAE podría añadir que especialmente pocos. Dimitir, bah, en desuso. En los antónimos, al contrario, debería incluir un anexo con los nombres de algunos de los primeros espadas de la política española. Más que primeros espadas, trozos de adhesivos parlantes que adheridos han quedado a sillones y discursos a menudo poco fundamentados. Que desprestigian, además, el noble oficio de servir.
Irene Montero sigue comunicándose con nosotros, la sociedad, como si no hubiese hecho nada malo. Me recuerda, en este sentido, a ese amigo que tras errar notoriamente no trata ya ni de justificarse. Juega a la desmemoria. Es Joe Pesci en 'Casino', de Scorsese, cuando ya le han pillado: «¡Cómo que vienen a por mí, si yo solo trato de seguir hacia delante!». Ángela Rodríguez, alias Pam, la número dos de Igualdad que bromeó con las excarcelaciones de los violadores, podría ser la número uno de ese anexo; por el orden alfabético. También aparecerían como antónimos del verbo dimitir el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y ese caudaloso pozo de nombres que a derecha e izquierda copan la agenda a indignidad o escándalo por día: Alberto Casero, que se lía con los botones, Ábalos, Edmundo Bal, que ha reinventado el 'manquepierda'...
Como recoge Calvo Poyato en 'El año de la República', el tercer presidente de aquel régimen, Nicolás Salmerón, dimitió porque no estaba dispuesto a firmar una orden en contra de sus principios. El motivo, que no era baladí, hoy sería irrisorio: ¡por valores! ¡pero esto qué es! Mucho «Dimita ya» y poco «Dimito yo», cada vez menos. La línea roja se distancia de la realidad como un navío a la deriva, haciendo de un verbo regular una irregularidad catedralicia. Robándole la mayor parte de sus conjugaciones y convirtiéndolo casi en un arcaísmo. Dimitir es un verbo anclado en el tiempo pretérito. Sucedió alguna vez.
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