tribuna abierta
La regeneración del día siguiente
En cuanto acaben los procesos electorales en curso, la oposición debiera tener claro que con este Gobierno es imposible la regeneración que ansía la sociedad
En mayo de 1979, Felipe González dimite como secretario general del PSOE al rechazar el XXVIII Congreso su propuesta de abandonar el marxismo, considerando que no podía, por coherencia, liderar un partido cuya línea ideológica no compartía. Se abrió así una crisis en el segundo ... partido a nivel estatal del momento y, de inmediato, los mandos de UCD recibimos del presidente Suárez una instrucción para que no utilizáramos la misma en beneficio propio, imponiéndose una línea de respeto hacia la alternativa política por el interés superior de la estabilidad democrática. Respetado el proceso interno, en septiembre del mismo año Felipe González fue elegido secretario general, respaldando sus tesis el Congreso Extraordinario del PSOE.
Al rememorar aquel respeto de los centristas ante la crisis de nuestro principal adversario, conviene constatar la enorme diferencia entre aquel proceder y la lamentable basura polarizadora que hoy se expande con el único fin de mantener el poder a cualquier precio. Quizá ello explique el hartazgo de la ciudadanía con una clase política devaluada e incapacitada para buscar puntos de encuentro en una encarnizada lucha donde el fango es el medio, la chapuza el procedimiento y la ventaja y la impunidad de los propios el fin último perseguido.
Por desgracia, el sanchismo dejará el legado de un país enfrentado, sumergido en una dialéctica insoportablemente banderiza, que ignora al líder de la oposición, lo que es contrario a la práctica parlamentaria, y con unos liderazgos políticos y sociales cuya capacidad innovadora es tan falsa como obsesiva en su tendencia a buscar beneficios en la pocilga de la zafiedad y el descrédito. Quienes hoy justifican su enorme afán de poder, hablando de convivencia mientras consagran la impunidad, están ofendiendo a todos aquellos, de derecha y de izquierda, que supieron firmar el pacto de concordia de la Transición porque es imposible sembrar convivencia si la semilla esparcida es la traición al orden jurídico y moral, a la decencia y a la igualdad de todos los españoles.
Sánchez, por decisión propia, está hipotecado por quienes son enemigos declarados del orden constitucional y no están dispuestos a aflojar la cuerda de sus exigencias. Y al intentar asaltar los dos únicos poderes que aún no domestica, justifica su intento de mediatizar a la prensa y a la Justicia hablando de la necesidad de regenerar la política. ¿Cómo puede llamarse regeneración al intento de sofocar los escándalos de una gestión torticera y tramposa? Un Gobierno que no acepta que la Justicia cumpla su cometido, con un fiscal general que no defiende la legalidad sino a un Gobierno que ha incumplido las recomendaciones del GRECO (Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa) que en 2019 recomendó al Ejecutivo español incorporar los datos financieros de cónyuges y familiares de altos cargos para prevenir y combatir la corrupción. De haberlo hecho conoceríamos los datos de ingresos y los pagadores de Begoña Gómez, alejando cualquier duda de su legitimidad ética. El informe del seguimiento constató en 2021 que España no había cumplido la recomendacion.
Por otra parte, Bruselas considera acabadas las vacaciones fiscales y ya ha empezado a apretar el cinturón del gasto, imponiendo a España un recorte de 3.000 millones de euros que el Gobierno despilfarrador lo ejecutará con su ventajismo y desvergüenza habitual: reducirá 20.000 millones de euros a ayuntamientos y comunidade autónomas (mayoritariamente de la oposición) y aumentará para el Gobierno el gasto en 17.000 millones de euros para seguir comprando voluntades.
En cuanto acaben los procesos electorales en curso, la oposición debiera tener claro que con este Gobierno es imposible la regeneración que ansía la sociedad. Y desde el día siguiente, desde el primer instante, debe confeccionar un verdadero Plan Nacional de Regeneración en línea con lo que la mayoría social demanda, sin consideración a quienes tienen sobradamente acreditada su traicion a la Constitución, a la buena fe de los constituyentes y al pueblo español que abrumadoramente la aprobó. Se acabó recoger más frutos por parte de quienes zarandean el árbol de la convivencia.
No es posible que una Constitución democrática y modernizadora como la española permita desvaríos autocráticos y privilegios ancestrales como los que estamos viviendo. Y la oposición debe tomar la iniciativa para regenerar la política patria proponiendo una atrevida reforma de la Constitución para ofrecerla a un pueblo que está dando la espalda a los políticos. Reforma que refuerce sus mecanismos de defensa y que cierre definitivamente las transferencias a las comunidades autonómicas. Una reforma que sea beligerante con quienes no acepten el principio de soberanía nacional, en línea con las constituciones de nuestro entorno. Que regule la independencia real de los distintos poderes, acabando con la partitocracia y prohibiéndo las puertas giratorias.
El día siguiente a los procesos electorales en curso se debe poner en marcha una oferta de regeneración que haga imposible una autocracia como la de Sánchez, que sancione la deslealtad constitucional y el ejercicio arbitrario del poder y que refuerce los mecanismos que garantizan los valores de la igualdad, la libertad, el principio de legalidad, la solidaridad y la transparencia en el ejercicio de la autoridad. En definitiva, que se acabe con el manoseo indecente de la Carta Magna que está acabando con la paciencia de una ciudadanía escandalizada y ofendida.
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