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SOL Y SOMBRA

Pimentel y la doctrina Boris

En su etapa como alcalde de Londres, Johnson optaba por darle la competencia sobre el tráfico a su concejal más inepto

Lucas Haurie

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EL cargo de alcalde de Londres no se creó hasta 2000 y su segundo ocupante, tras el laborista Ken Livingstone, fue un joven conservador llamado Boris Johnson (2008-16). La orgía de mendacidad que precedió al Brexit y su atrabiliario comportamiento durante la pandemia convirtieron ... a este neoyorquino de nacimiento en un ejemplar perfecto de demagogo, un primer ministro que se refociló en el lodazal del populismo imperante. Antes de eso, sin embargo, fue un gestor capaz cuya eficacia en los años previos a los Juegos Olímpicos de 2012 lo llevaron hasta la cúspide de la familia Tory. Educado en el elitista colegio Eton College y con una licenciatura oxoniense en cultura y lenguas clásicas, hubo un Johnson brillante antes de su degeneración moral e intelectual que, como primer edil londinense, enunció lo que podría considerarse como uno de los mandamientos universales de la gestión municipal: «El concejal más inepto debe ocuparse de los problemas del tráfico. Como son imposibles de resolver, el partido podrá librarse de él en la siguiente legislatura».

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