Sevilla al día
El pregón de Belén Esteban
Se está gastando el dinero de los sevillanos en pagar a esta señora cuyo único mérito es hablar de los demás y de ella misma en la tele
Como tú ninguna, debió pensar Pepelu, presidente del Consejo LGTBI y delegado municipal del ramo, cuando le presentaron los miembros de su junta superior la terna de pregonables para el Orgullo de este año. Entre los tres candidatos se encontraban el cantante de OT Álvaro ... Mayo y la princesa del pueblo y reina de la telebasura, Belén Esteban. No sabemos si el tercero en la lista era Jorge Javier, Kiko Matamoros o alguno de los colaboradores del Sálvame que ahora ha fichado la televisión pública de Sánchez para entretener al populacho aborregado, cansado ya de tanta Leire, Aldama y del hermanísimo. Pepelu, que es tan de Mayo como los caracoles, ha tenido que tragar con la madre de Andreíta para que el próximo 26 de junio se suba al atril de la Alameda un cuarteto en el que destaca la presencia de la colaboradora más famosa de los programas del corazón, que ni es sevillana ni (qué sepamos) forma parte del colectivo gay.
Esto no tiene la más mínima importancia porque uno puede reivindicar algo ajeno o exaltar una fiesta sin necesidad de formar parte de ella, como hizo el año pasado Pastora Soler. Pero lo que es un escándalo, como la canción de Raphael, es que el Ayuntamiento de Sevilla pague con dinero público -Vox dice que son 26.000 euros- a la verdulera de Belén Esteban. Peor aún es que esto suceda después de que media España haya clamado contra su fichaje por 'La Familia de la Tele' de TVE, hundiendo aún más la reputación de un medio público capaz de dilapidar millones de euros de nuestros impuestos en Broncano, con el objetivo de socavar la audiencia de un programa de una cadena privada que golpea directamente en la línea de flotación del sanchismo.
El error de nombrar a un personaje tan vulgar es garrafal. Porque supone gastar el dinero de los sevillanos en pagar a esta señora cuyo único mérito es hablar de los demás y de ella misma en la tele. Y porque, quizá en el ánimo de captar la atención de esta mal denominada prensa gracias al fenómeno mediático de la madre de la hija de Jesulín de Ubrique, se está insultando al público que va a sufrir su chabacanería, al que le presupone un nivel intelectual a la altura de quien va a pregonarles.
En la ciudad de los pregoneros no es necesario nombrar un periodista o a un abogado, ni a un hermano mayor para que rime ripios. En años anteriores, además de Pastora Soler, han sido elegidas María del Monte y Vanessa Martín, iconos del colectivo LGTBI y artistas como la copa de un pino. A Pepelu, o más bien, a quienes se les ha ocurrido semejante opereta, se les habrá pasado por la cabeza la frase apócrifa que supuestamente el 'New York Times' dijo sobre Lola Flores: «Ni canta ni baila, pero no se la pierdan». La diferencia es que Belén Esteban tampoco lleva bata de cola.
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