Pásalo
El muro de las lamentaciones
Veinticuatro horas son las que se necesitan para no convertirlo en el muro de las lamentaciones
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Iniciar sesiónNo sé si, administrativamente, es un caso cerrado. No sé si aún hay alguna posibilidad, alguna opción para no quedarnos con la miel en los labios y el expediente de Cultura ofrezca alguna oportunidad para un impagable estudio más, imprescindible para cerrar lo hecho hasta ... ahora. No más de un día empleando georradar y tecnología de datación temporal. Sería magnífico que se pudiera encontrar esa puerta para no cerrarnos la del conocimiento y hacernos pupa en los dedos de una Consejería que es, precisamente, de Cultura. Verán. Hace dos meses, en unas obras en un solar de la Judería, apareció un muro de época romana en un lugar inédito para este tipo de hallazgos. El muro es de una potente fábrica de dos metros de profundidad y uno y medio de anchura. Que todos los expertos asimilan con un edificio público de una importancia evidente. Es una parte de la Híspalis romana que está oscurecida por la falta de datos arqueológicos. Y el muro del solar de la calle San José es una de esas escasas oportunidades que brinda esa geografía para conocernos mejor.
¿Qué sostenía ese colosal muro? ¿Qué edificio de dimensiones magnas se alzó allí? ¿Es lo que nos queda como testigo del teatro de Híspalis que Salvador Ordóñez ubicó en la zona? ¿Quizás unas enormes instalaciones vinculadas al puerto del Tagarete descubierto y estudiado en La Florida hace unos años? Hay quien no descarta que, tan cercano al complejo episcopal de la Sevilla isidoriana, tuviera, mucho tiempo después, alguna relación con la misma. Todo eso y mucho más es lo que nos quedaremos sin reconstruir científicamente si no se le gana al rigorismo administrativo veinticuatro horas más y el pago, por Cultura, de seis mil euros, cantidad que se lleva cualquier observatorio al uso solo por levantar las persianas. Todo eso que no sabemos de la Híspalis más inédita de su romanidad es lo que tapará la tierra. Y entonces, sin exagerar, el muro de la calle San José puede convertirse para la arqueología hispalense en el de las lamentaciones…
Conscientes del alcance de la partida, un grupo de catedráticos, titulares y docentes de la Universidad, han redactado un escrito resaltando su importancia. Entre los firmantes aparecen desde Tabales a Caballos, desde García Fernández a Enrique García Vargas. Catorce autoridades académicas pidiendo eso, una última oportunidad para concluir el estudio. Descartarla sería tan infructuoso como enviar el Perseverance a Marte sin imagen y sonido. Solo un día. Eso es todo. Un día es lo que se necesita para que el muro de la calle San José no se convierta en el de las lamentaciones …
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