pásalo
Gritos como Castillo
Marta sigue sin aparecer, pese a que hay cinco que saben dónde está y el sistema los blinda
Ni una buena. Nada de lo que se mueve alrededor de ese planeta negro y trágico que es el caso de Marta del Castillo, proyecta una noticia positiva, esperanzadora, motivo de satisfacción general que acorte la distancia abierta entre los legisladores y el pueblo común. ... Cada vez más extensa y espinada de reproches. La resolución de la Audiencia Provincial que reduce a cero el juicio por falso testimonio de la madre del Cuco y del susodicho en el juicio de 2022 viene a poner otro ladrillo más en ese muro que divide el mundo de los legislados y los legisladores. Ni entro ni salgo en tecnicismos jurídicos, que los hay, como esa indefinición del testigo-híbrido que como pluma al viento baila en nuestra legislación. Solo me detengo a constatar datos. Y los datos que constatamos no pueden ser menos deseables y frustrantes. También generadores de rabia social. De impotencia ciudadana. Y de dolor, mucho dolor. Un dolor tremendo que sangra en el costado de una Sevilla que no sabe de leyes pero sí de justicia. En Sevilla hay, al menos, cinco personas vinculadas o muy cercanas al caso que saben dónde el olvido criminal tiene enterrado a Marta del Castillo. Aunque la madre del Cuco, según contó el abuelo de Marta esta semana en el programa de Toñi Moreno en Canal Sur, le asegurara que no iban a encontrar de la chica ni las chanclas…
Es chocante las distintas velocidades que los legisladores tienen para modificar leyes. La élite política, la casta la llamaba uno que lo que deseaba era convertirse en casta, tiene una facilidad pasmosa para entrar en el Código Penal y reformular los delitos de prevaricación, malversación y amnistía, que tanto vale para Junqueras en el noreste soberanista como para Magdalena Álvarez en el sur de los eres de las vacas asadas. El reloj es siempre puntual para usar la goma de borrar y el lápiz de punta gruesa redactando nuevas leyes que favorezcan a los legisladores. Hora exacta y momento adecuado. Pero para, por ejemplo, regular la figura del testigo-híbrido como es el caso del Cuco, el Supremo no ha tenido tiempo desde 2008 para hacerlo. Para amnistiar a un golpista nos basta un par de meses. Es cuanto menos chocante. Por no acordarme de lo que dijo Pedro Pacheco…
Es tan garantista el sistema que han vuelto el mundo del revés: los malos son los buenos y los buenos son los que gritan como Castillo que ya no cree en la Justicia. Un okupa está más protegido que la propietaria del piso que sale a urgencias y cuando regresa a su casa ya no puede entrar. Y un violador se beneficia de rebajas de penas de una ley que se dijo iba a proteger a las mujeres del machismo criminal. Legislan para ellos. Para que el chapapote que generan no les salpique su traje de engañar. Marta sigue sin aparecer, pese a que hay cinco personas que saben dónde está y el sistema los blinda.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete