Trampantojos

El tiempo de los monstruos

En todas las épocas inciertas aparecen redentores y salvapatrias. Airados que buscan entrar en el sistema para dinamitarlo desde dentro

Ha nacido un volcán dentro de España. No lo vimos -o no lo quisimos ver-, pero ahí está, criando lava en las corrientes subterráneas de la Historia. Intuíamos el fenómeno Alvise Pérez y su fiesta de demagogia porque de vez en cuando asaltaba algún aviso ... desde las redes. En medio del ruido, la furia y la basura tampoco nos extrañó más detritus. Iban por otros senderos, pero estaban ahí al lado. Y no podemos decir que no se oyeran las voces y el griterío. Mientras, los partidos 'tradicionales' estaban con peleas de recreo, con sus ingenuas batallas domésticas.

Desengañémonos, ese electorado está ahí. Está en ese sector de la población joven -especialmente masculino- enfadado con el mundo que le ha tocado vivir. Están desengañados sin haber intentado su propia revolución. Han asistido a un descrédito de las instituciones democráticas, pero en vez de reaccionar con rebeldía intentando salvarlas, quieren demoler el sistema. No es nuevo, el pasado nos devuelve muchas 'rebeliones' semejantes. Pero ellos no lo saben, o no quieren saberlo, porque en la mayoría de los casos se enorgullecen de su ignorancia histórica. Aunque sean licenciados con varios másteres de conocimiento especializado, no tienen una sólida base de cultura humanística y científica. Sólo muchas herramientas tecnológicas llenas de vacío.

Es ese adanismo que campea por institutos y centros universitarios. Son jóvenes instalados en el presentismo, sin ninguna curiosidad por saber lo que ocurrió antes de que ellos nacieran. Una especie de generación-probeta de individuos que creen que el mundo surgió cuando ellos llegaron. Y que todo lo anterior no vale nada, cosas de viejos tontos. Es también una generación-masa paradójicamente llena de egoísmos individualistas. Pueblo sin pueblo.

Esta deriva también tiene otras características sociológicas. Son sobre todo hombres jóvenes que consideran que alguien les arrebató su privilegio de hombres, aunque hayan nacido en una época de igualdad y libertades para todos. Se muestran hartos e impacientes ante tanto discurso igualitario y demasiadas mujeres con poder.

El agitador Alvise Pérez no es una figura nueva. Es un 'déjà vú' que nos suena de mucho antes. En todas las épocas inciertas aparecen redentores y salvapatrias. Airados que buscan entrar en el sistema para dinamitarlo desde dentro. Es como aquel personaje de los dibujos animados de 'Érase una vez el hombre' en el que el villano tenía siempre la misma cara, ya estuviera en la época romana, la Edad Media o la Revolución Francesa.

Los simpatizantes del 'partido' Se Acabó La Fiesta (SALF) tienen como símbolo una ardilla. Según aquella frase atribuida a algunos historiadores de la antigüedad, y que parece más bien una leyenda falsa, una ardilla podía recorrer Hispania saltando de árbol en árbol. Ya no hay bosques y en algún momento perdimos nuestra España verde, si es que existió. Pero estemos advertidos porque nos ha salido de este fango viscoso en el que vivimos un inesperado Hamelin de ardillas. Ojalá que con esta fiesta rave no se inicie otro tiempo de los monstruos.

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