Generaciones perdidas

Concha Velasco me contó que durante la gira de 'Inés desabrochada', en el camerino del teatro de Salamanca estaban ella, Valladares y Nati Mistral, que leía con su prodigiosa voz una crítica negativa: «Nos han llamado dinosaurios». Una paleontóloga fue al programa de Susana Giménez y le dijo que le traía un dinosaurio. «¿Vivo?», preguntó Susana. En España los tenemos vivos y muertos. De estos, Rubalcaba: «No puedes hacer depender la estabilidad del Gobierno de España de alguien cuyo objetivo político es irse de España». De los vivos, González, Guerra…

No hace falta adorar la santa Transición. Puedo estar de acuerdo con García Trevijano cuando decía en 1991 que en España hay libertades, pero no una democracia completa. Que el ciudadano no elige a quien quiere (por el sistema electoral proporcional). O que «igual que con Franco, hay un solo poder, el ejecutivo, que es el que manda sobre el judicial y el legislativo». Que la Transición fue un pacto y que de algo así solo puede derivar corrupción. ¿O no es corrupción una compra de votos de Junts (de quien sea) para poder formar Gobierno a cambio de forzar la ley?

La Asamblea Nacional Catalana pidió reactivar la independencia «al día siguiente» de la amnistía. El Tribunal Constitucional ya dijo en 1986 que «la concesión de una amnistía implica un juicio crítico sobre toda una etapa histórica». Pero entonces había gente como Francisco Rubio Llorente o Luis Díez Picazo. Hoy está Conde Pumpido. Hoy la amnistía rehabilitaría a la generación política del 'procés. Más de 60 cargos secesionistas han sido procesados o condenados por el 1-O. No se puede echar un pulso al Estado. Te procesan. Ahora sí se puede. Si en el 'Parlamento y en el TC hay una mayoría que da por buena la amnistía, la habrá.

Ignacio Varela señalaba la elipsis generacional que se produjo en la Transición. Se amortizó la generación de sus padres: demasiado jóvenes cuando estalló la Guerra Civil y cuando llegó la democracia era tarde para que se hicieran cargo del país. Él votó por primera vez el mismo día que su padre, el 15 de junio de 1977. Ahora van a por los que eran jóvenes en el 77. La amnistía es un lugar común de conversación. Un lugar de desaliento. José Luis Garci y Chencho Arias me decían que se estaban cargando a su generación. Sin guerra, pueden ser otra generación destruida, por utilizar la expresión de Guillermo Díaz Plaja. Destruida por unos mindundis sin moral.