vivimos como suizos
Me lo dijo Matute
Imagino ser la madre de un aporreador de 'La venus del espejo' y morirme de vergüenza
Phantom (2/11/2023)
Victoria (31/10/2023)
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Iniciar sesiónUna vez pregunté a Ana María Matute si la vergüenza se pasaba cuando eras una señora muy mayor. Me dijo que no. Que al ser vieja no eras menos vergonzosa que de niña. O adolescente. Veo que el ministro de Exteriores de Croacia, Gordan Grlic ... Radman, se ha disculpado por un intento de beso a su homóloga alemana, Annalena Baerbock. En una foto de grupo. Y en la primera fila. Que si Rubiales (venga ya), que si inapropiado. No conozco a ese señor y no sé qué pasaba por su cabeza. Pero ese momento en que el hombre extiende la mano, se inclina para besar a Baerbock no sé dónde (¿cómo va a querer besarla en los labios?) y ella le da la mejilla es de tierra, trágame. Si me da vergüenza a mí. Como ese momento absurdo de 'Poquita fe' en que deciden despedirse todos los días con dos besos. No pueden parar. El negociado besos siempre me ha producido mucha vergüenza. Que si uno, que si dos. Que si te quedas con la cara en el aire. Por eso en la pandemia había una preocupación menos.
Me imagino siendo la madre de uno de esos bobos que han dado martillazos a 'La venus del espejo' en la National Gallery y muriéndome de vergüenza. No sé si preferiría un hijo asesino. O empático, como los de Juan Carlos Ortega.
No hace falta intelectualizar la bicha, como hace Frédéric Gros en 'La vergüenza es revolucionaria' (Taurus). Aunque entiendo que «las vergüenzas no se superan jamás, sino que las trabajamos, las elaboramos, las refinamos, las sublimamos. En ocasiones incluso terminamos usándolas como palancas, como cómplices, como resortes». Y entiendo lo de avergonzarse de los padres (déjame en la esquina del colegio, mamá; no bebas cuando vengan mis amigos). O que te dé vergüenza contar que te han violado. A muchos niños que han sufrido agresiones sexuales no se les ocurre contarlo. Tienen mucho valor esas mujeres víctimas de los llamados «estafadores del amor». También está la vergüenza de ser pobre, por abstracta que resulte. Por ejemplo, la de esa escena de 'Parásitos' en el coche, cuando el rico huele y pone cara de asco (a quien huele es a su chófer). El primer mundo que hace yoga también sufre la vergüenza inopinada que tiene que ver con los gases a traición. Según Suetonio, cuando Claudio llegó a emperador en el año 41 emitió un edicto que permitía a todas las personas soltar gases en banquetes, sonoros o no, tras escuchar que a alguien su modestia le había costado la vida. Pero que algo no esté prohibido no impide que dé vergüenza.
El otro día, Pablo Motos, a propósito de la ley de amnistía decía que «nunca había sentido vergüenza de ser español». Y que probablemente, si ahora viajara fuera y le preguntaran diría que es europeo. El historiador italiano Carlo Ginzburg (hijo de Natalia) dice que «nuestro país es aquel hacia el cual podemos sentir vergüenza». No vas a sentir vergüenza de Finlandia.
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