vivimos como suizos
Phantom
Ver el Rolls Royce acristalado desde arriba, una obra de arte, es como ver desde arriba la Cena de Salzillo
En 1986, el Festival de San Sebastián invitó a Luise Rainer para darle un homenaje por su papel con los refugiados españoles. Según Lillian Hellman, de todas las figuras de Hollywood que se movilizaron contra Franco, «sin duda alguna fue Luise Rainer la que más ... hizo por la España leal». La actriz alemana fue la que anunció y gritó el Oscar a 'Volver a empezar' para José Luis Garci. Como el hotel María Cristina estaba en obras, el festival la alojó en el palacio de Ayete, donde Franco solía veranear (de ahí salió para su encuentro con Hitler en Hendaya). La actriz se enteró y sin montar demasiado en cólera, pero con determinación, dijo que la llevaran a otro lugar. Que no pensaba dormir en el mismo sitio que el dictador. Prefirió ir a un hotel más modesto.
La Jefatura del Estado española encargó tres Rolls Royce en 1948. En principio se iba a hacer una sola unidad del modelo que se desarrolló sobre la base del Siver Wraith de 1946 para el duque de Edimburgo. 5.675 centímetros cúbicos y 8 cilindros. Cuando, a través del concesionario Carlos de Salamanca, llegó el pedido español, se construyeron más. Pero para clientes muy seleccionados. Se vendieron 15, algunos a los mismos. Y dejaron de fabricarse en 1952. Se llegó a 18, porque en 1955 se hicieron tres para el Jeque de Kuwait y el Sha de Persia.
El descapotable, el acristalado, fue en el que se desplazaron la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía camino del Congreso y hacia el Palacio Real. Esos tres coches del Ejército de Tierra son tan tesoro como una pintura. Al ver el acristalado desde arriba, con esos asientos, esa tapicería verde, esa princesas, tienes la misma sensación que cuando ves desde arriba la Cena de Salzillo. Franco los usó mucho los primeros años. Más para desfiles que para viajes. Ya eran un mamotreto en los 50. Los tres Rolls-Royce Phantom IV, que siempre han pertenecido al Ejército de Tierra, los usa la Casa Real. Por muchos años. No me imagino que Pedro Sánchez se negara a ir en uno de los Rolls-Royce Phantom IV porque los hubiera comprado y usado Franco.
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