La revista francesa 'Cahiers du cinema' ha elegido 'Tardes de soledad' la mejor película del año. La revista estadounidense 'The New Yorker' ha elegido 'Sirat' la mejor película del año. La hemos mandado a los Oscar. Es fácil, aunque la palabra flaquee ante la ... imagen y el sonido de semejante obra, contar la película de Albert Serra. Más difícil, por el riesgo de destriparla, es contar la de Oliver Laxe. El director, para su estreno en Nueva York y Los Ángeles, distribuyó un mensaje, según he leído a Begoña Gómez Urzaiz, a través de algunos medios: «Esta película estuvo hecha con el espíritu de la paciencia y la creencia de que lo oculto habla tan alto como lo que se muestra. Llevamos la historia hasta las montañas, la dejamos respirar al aire libre, dejando que hablaran los silencios. Mi esperanza es que tú también puedas encontrarla en ese silencio». Luego hay más: «Si decides escribir o hablar sobre la película, te pido que preserves el misterio para los demás… Resistirse no es ocultar, es dar al siguiente viajero la posibilidad de verlo con los ojos limpios». Ay, madre.
Te puede gustar o no 'Los domingos', pero cuando ves a Alauda Ruiz de Azúa hablar de su película ves a una señora normal, anodina, tú, tu hermana, tu prima, tu vecina, tu compañera de trabajo, la chica de la farmacia. Ves a Oliver Laxe, artista, y te preguntas de dónde ha salido este Pocahontas con ínfulas de 'filmaker', como Latre hacía decir a Ricardito Bofill. La sabia cocinera de toda la vida frente al chef de moda. Alma de cántaro, ¿no has visto 'Testigo de cargo'? Mira, es así de sencillo. Cuando se acaba la película y el espectador se ha quedado muerto, hay una voz que acompaña a los créditos finales: «Les encarecemos en beneficio de aquellos amigos suyos que no hayan visto la película que no revelen a nadie el secreto final de 'Testigo de Cargo'». Resistirse no es ocultar… Anda y tira para la casa.
Hace muchos años, en Murcia, un señor de posibles quería hacer un regalo a su hijo, que se casaba. El hijo lo pensó y dijo que quería un albornoz con capucha. El padre: «Me comen los tontos».
'Manía' (Anagrama), es la última novela de Lionel Shriver, como leímos ayer a Bruno Pardo Porto en una entrevista con la estadounidense. Shriver me gusta más cuando habla que cuando escribe novelas (prefiero 'Diecinueve minutos', de Jodi Picoult, a 'Tenemos que hablar de Kevin'). 'Manía' es una sátira sobre un mundo donde se proclama la igualdad intelectual. «En la novela lo que molesta es que algunas personas sean genios y otras sean idiotas». O «ya no quieren que digas 'nació mujer' sino 'le asignaron sexo femenino al nacer'. Es una frase… que te deja en ridículo».
Me comen los tontos. Esos que, como diría Unamuno en 'Vida de Don Quijote y Sancho, no llevan encendida la lumbre del seso, sino que reciben la luz del reflejo.