VIVIMOS COMO SUIZOS
Canela y circo
Yo te rehabilito, Puigdemont, pero ¿qué hay de lo nuestro?, podría decir Illa al huido en su cita de hoy
Que venga Ulay
El amor como inversión
Yolanda Díaz quiere reunirse con Puigdemont y convencerlo de que apoye su reducción de jornada. De momento, es Illa el que hoy se ve con el huido en Bruselas. Illa lleva tiempo presionando a los jueces, sí, desde el respeto a la separación de poderes, ... para que apliquen con «diligencia» la amnistía a Puigdemont, así que puede rendir pleitesía al delincuente con la jeta bien alta. ¿Para qué va? Para ahondar en esa rehabilitación y vuelta a España, además de blindar a Sánchez. Aunque Illa diga de manera pomposa que «el motor de la democracia es el diálogo». Pero no se va a dialogar con todo el mundo, sólo con quien viene bien a los propios intereses, y no porque venga bien a la democracia, sea lo que sea (crean lo que crean que es). El diálogo también será alpiste para ERC y EH Bildu, que han hecho frente común para exprimir a Sánchez. Ante «la ola reaccionaria», necesitan más nación. O sea, avanzar en su agenda soberanista. Aprovechar el tiempo que le quede a Sánchez, que no es el tiempo que le quede libre de la Pradera sino el que le quede con las llaves de la caja fuerte.
Illa y Puigdemont se van a reunir en la delegación del Govern en Bruselas. Va Illa a una exposición del Milenario de Montserrat y antes se verá con Puigdemont. Será a puerta cerrada, nos dicen, pero habrá fotos. ¿Y cuándo hemos visto reuniones de estas a puerta y micrófono abierto? Como escribió Chateaubriand en sus 'Memorias de ultratumba', «de pronto una puerta se abre: aparece el vicio apoyado en el brazo del crimen, Monsieur de Talleyrand sostenido por monsieur Fouché». Ojalá. Ya querríamos tener a esos maléficos personajes en nuestra política. He leído en 'El mundo' una entrevista al padre de Elon Musk. Dice que a Elon le decepcionaron algunos nombramientos: «Pero ¿qué haces? Estás nombrando a zoquetes», soltó a Donald Trump. También que Elon no entiende bien la política, donde se elige al equipo por su lealtad y no por su capacidad profesional. Bienvenido.
El otro día fue el centenario de Juanita Reina y solo vi una fecha tan importante destacada en ABC. En el artículo de Rocío Vázquez se recordaban unas palabras de su hijo: «Mi madre decía que mi padre olía a canela y tenía una piel morena preciosa». Al leer al hijo de Caracolillo (qué hombre guapo) y Juana Reina me acordé de cuando Oriana Marzoli (personaje televisivo de 'realities') contó en la tele que a su exnovio le «olía el pene muy feo». Cómo no vamos a echar de menos tiempos mejores. O anteriores, que dirían Les Luthiers. O será que los hombres olían mejor antes.
Illa rehabilita a Puigdemont con su visita. Y ahora hay que esperar al Tribunal Constitucional. Desde que está Conde-Pumpido huele feo. Confieso que más que la de Chateaubriand, me gusta la sabiduría de Pinito del Oro: «No sé si el circo ha perdido categoría o es el público es que la ha perdido y no sabe apreciarlo».