A-ba-ni-bi

El festival de Eurovisión, claro, no está entre mis preocupaciones. Como veo mucho TVE, veo las promos del Benidorm Fest. Publicidad no habrá (es discutible) pero autopromociones, a chorro. Llevan un tiempo bombardeando (perdón) con la fecha límite de las candidaturas y con la novedad de que este año, además del micrófono de bronce (su lámpara minera), al ganador le darán dinero. El plazo para mandar canciones es hasta el 24 de septiembre a las 23.59 horas. La novedad, 150.000 euros brutos. 100.000 para el intérprete, 50.000 para el autor. Está bien que el castigo de no ir se sepa antes, no le vaya a pasar a nuestro participante en el escarnio habitual lo que a Joaquín Blume con Franco, cuando España se negó a participar en los Juegos de Melbourne, donde partía como favorito. Protestábamos por la presencia de la URSS en Hungría. Quiso nacionalizarse alemán (su padre lo era) pero Samaranch, delegado en Cataluña de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, lo convenció para que no lo hiciera. Y ganó el Europeo de París al año siguiente (concurso individual, paralelas, caballo y anillas).

No sé, a ver si vamos a desperdiciar a un artista excelso. Da igual. En 1978, las Baccara participaron por Luxemburgo en Eurovisión con 'Parlez-vous français? Quedaron las séptimas y el jurado español les dio la máxima puntuación, como a Israel en el 79. ¿Pero quién va a querernos si no nos votan?