Arafat, una muerte bajo la lupa durante 9 años
La prueba de que el líder palestino fue envenenado con polonio 210 tumba la primera tesis de que murió por sida
f. de andrés
Nueve años después de la muerte del histórico dirigente palestino, el análisis científico de los restos de Yaser Arafat cierra el primero de los grandes interrogantes, al probar "razonablemente que fue envenenado con polonio 210", pero abre otras cuestiones: ¿quién ordenó el asesinato?, y ¿ ... por qué se han tardado tantos años en analizar los restos?
El “rais” palestino fue trasladado desde la ciudad cisjordana de Ramala a un hospital militar de París el 29 de octubre de 2004 , donde murió el 11 de noviembre, después de varios días de coma. La opacidad del internamiento y el tono vago del parte de defunción disparó varias hipótesis y teorías, aunque dos se impusieron pronto: Yaser Arafat había muerto por sida -la tesis alimentada por los medios israelíes- o por envenenamiento, teoría que propagó pronto el entorno del “rais” y los medios árabes. El gobierno francés insistió, por su parte, en que el líder palestino “no había sido envenenado: de otro modo se habría abierto una investigación criminal”.
La tesis del sida tenía su fundamento en el “secreto a voces” de la presunta homosexualidad de Yaser Arafat, que se casó siendo mayor con la joven Suha. Los médicos descubrieron, al analizar la sangre del “rais”, que era portador de ese virus, aunque algunas fuentes han afirmado que este pudo haber sido inoculado con posterioridad al envenenamiento.
En un primer momento, la viuda se negó a la autopsia de su marido. Meses después exigió a las autoridades palestinas que facilitaran la exhumación del cadáver para que varios equipos occidentales pudieron llevar a cabo una investigación. El pulso entre Suha y el gobierno de Ramala, presidido ahora por Mahmud Abás, se enmarcó en las presuntas ambiciones de la viuda por reivindicar un papel que rechazan unánimemente los dirigentes palestinos.
Cumbre de forenses
Tras meses de trabajos, la cadena árabe, con sede en Qatar, Al Yasira , difundió en julio de 2012 los primeros resultados de un laboratorio de Lausana. Las pertenencias personales de Arafat habían estado en contacto con dosis extremadamente altas de polonio 210, un material muy radiactivo, el mismo que había provocado la muerte al exagente del KGB Litvinenko en 2006.
La presión internacional forzó a Abás a permitir la exhumación del cadáver, enterrado en el mausoleo de Ramala. En noviembre de 2012 se procedió a tomar numerosas muestras de los restos bajo supervisión rusa. Participaron también forenses suizos y franceses. El informe final de los expertos suizos -filtrado de nuevo por la cadena Al Yasira, principal portavoz mundial de la causa contra Israel- confirma la presencia extremadamente alta de polonio 210, una sustancia, se recuerda ahora con machacona insistencia, que “solo tienen algunos estados”.
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