Perdigones de plata
Pelmas en miniatura
Los niños hoy tienen la napia pegada contra la pantalla del móvil
Lo de la Argudo
Adictos a la bronca
Este último domingo nos plantificamos varios amigos en una terraza frente al mediterráneo. Recordé aquello de «el azul del mar inunda tus ojos…», de Golpes Bajos. Pero se conoce que era el único en discurrir esa banalidad dominguera pues el resto, gente en general sensata, ... gente siempre dispuesta a la charla machihembrada de frivolidad, celuloide y literatura, andaba encabronada discutiendo acerca de lo del 'genocidio'. ¿Genocidio sí o no? Tanto aumentó la bronca que, por un momento, temí que se arrojasen unos contra otros las cabezas rechupeteadas de las gambas, pero al yacer flácidas como el flautín de un pertinaz impotente, concluí que mucho daño no se harían incluso si asaetaban un ojo ajeno. No participé en la docta tertulia porque los domingos me niego a irritarme con un tema que viene impuesto gracias a una suerte de habilidad diabólica. Me centré, pues, observando el resto del personal.
Y, como un 'voyeur' rijoso aunque inofensivo, descubrí algo… Ningún niño correteaba entre las mesas dando por saco. Nos hemos pasado media vida criticando muy cascarrabias la mala educación de esos padres que permitían a sus criaturas abrazar el energumenismo fuera del hogar y, de repente, añoraba a esa chavalería molestando desde su asilvestramiento reglamentario. Hoy ningún chavalín se trastabilla contra el laborioso camarero que pierde el contenido de la bandeja contra el suelo en celebrado estruendo. Otro clásico que desaparece, el de los pequeños propinando feroz tabarra. Añoré aquellos episodios que despertaban nuestras quejas de viejo prematuro, eché de menos su griterío, sus lloros, sus mocos, sus carcajadas como de enanos caníbales. Los niños hoy permanecen zombificados sobre sus sillas con la napia pegada contra la pantalla del móvil porque el chisme les arrebata la infancia de pelma en miniatura. Por lo menos, antaño, los domingos nos ciscábamos en sus padres y eso ofrecía tema para conversar. Ahora estamos con lo del genocidio y un domingo, ustedes perdonen, el servidor no reacciona ante esas calenturas.