CAFÉ CON NEUROSIS

Inquietantes detalles

España le dará el aumento del presupuesto de Defensa a una empresa pública, cuyo presidente es hermano de otra privada. A dedo, claro

Cuando vi la portada del ABC este domingo, noté un oscuro sobresalto, que provenía del subconsciente, pero que enseguida salió a la superficie y me inquietó: no aparecía la noticia del partido entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, con un resultado podríamos decir que inusitado ... . (Aclaro que mantengo una atención de baja intensidad sobre el fútbol). Luego, cuando me fui enterando de lo que sucedía por España y por el mundo, pasando página tras página, me di cuenta de que, si yo hubiera sido el director de ABC, me habría inclinado por la misma portada. Y, a continuación, me pregunté si habría sucedido lo mismo en alguno de los plácidos domingos que los españoles hemos vivido con gobiernos de González, Aznar o Rajoy. Y ahí fue cuando el detalle me pareció preocupante. Estaba claro que no vivimos en una sociedad aburrida, sino en un hervidero de broncas, controversias, discriminaciones territoriales, egoísmos insultantes y corrupciones de amplio espectro. (Eso, en el interior). Pero es que, asomándonos a nuestro continente –y a los otros cuatro– esta semana nos ha traído la inoperancia de la ONU, su impotencia para frenar cualquier acción de fuerza, por muy cruel que sea, y el síntoma evidente de que Trump se desentiende cada vez más de la OTAN, que esa sí que tiene influencia, porque posee armas. Como los detalles no se le escapan al dictador psicópata de Rusia, las provocaciones aumentan, no ya manteniendo la invasión de Ucrania, sino llevando a cabo peligrosos pellizcos de drones y aviones, en espacios aéreos de países vecinos, miembros de la OTAN. No son pellizcos de monja, sino pellizcos de un invasor que, cada semana que transcurre, se siente más fuerte ante el dubitativo enemigo, que, además, tiene que contar con los ciudadanos que le han elegido, cosa que al dictador ruso le da igual.

Y España está en el lado correcto del momento: parece que le dará el aumento del presupuesto de Defensa a una empresa pública, cuyo presidente es hermano de otra privada. A dedo, claro. Como haría Putin. Como hubiera hecho Santos Cerdán.

Decía Conan Doyle: «Siempre he sostenido el axioma de que los pequeños detalles son, con mucho, lo más importante». Puede parecer que se refiriera a los detalles en las investigaciones policiales de Sherlock Holmes, pero Stephen King también remachó en lo mismo: «La verdad está en los detalles».

Confieso que a mí se me derrumbó definitivamente, Pedro I, El Mentiroso, cuando, al día siguiente de la dana de Valencia –donde hubo de huir ante los abucheos– compareció ante la prensa, y una de las primeras frases que dijo fue: «Estoy bien». Vamos, estaba convencido de que lo que nos importaba a los españoles, no eran los muertos en la catástrofe, sino el estado anímico de él, nuestro Gran Pedro I. Y estoy inquieto con fundada razón: si ABC ha excluido de su portada el derby madrileño, está claro que el detalle cobra una importancia estremecedora.

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