Stephen King, pesadillas a todo color
Un libro repasa las fructíferas relaciones del estadounidense con el cine explora los elementos recurrentes de sus novelas
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSostienen Matthieu Rostac y François Cau, autores de la muy recomendable y despampanante «Guía ilustrada del maestro del terror» (Lunwerg), que nadie, ni siquiera alguien tan superdotado para la fabulación como Stephen King, consigue escribir medio centenar de ... novelas y doscientos cuentos sin echar mano de trucos, chuletas y motivos recurrentes que, dicen, «vuelven a llamar a la puerta como testigos de Jehová rechazados». «Stephen Kinguismos», los llaman, y si uno se asoma por la mirilla puede verlos con total claridad.
Noticias relacionadas
Ahí están, por ejemplo, cada uno en su casilla y King en la de todos, el héroe escritor, los padres violentos, el crío con poderes sobrenaturales, las adicciones, un mal que se infiltra y del que es imposible escapar, el miedo a la tecnología, la lucha del bien contra el mal, un líder político fascinado por la dictadura y la violencia… Y así podríamos seguir hasta completar estos 32 «Stephen Kinguismos» que los autores han identificado en la obra del Príncipe de las Tinieblas de Maine y a través de los que diseccionan ahora sus novelas y adaptaciones en esta suerte de turbia fantasía ilustrada a todo color.
«No pretendemos ni mucho menos afirmar que el autor de Maine recicla sus ideas, aunque ha sido pillado varias veces con las manos en la masa sin que por ello se haya escondida de la vergüenza detrás de su mechón de pelo y sus gruesas gafas», aseguran los autores antes de adentrarse en en el SKLU y el SKCU (esto es: el Stephen King Literary Universe y el Stephen King Cinematic Universe) para confrontar cada novela del estadounidense no sólo con su propia cosmogonía literaria , sino también con sus adaptaciones cinematográficas y televisivas. Un viaje por la cabeza del maestro del terror que incluye también, a modo de gancho visual, un gráfico sobre el grado de fidelidad de las películas respecto a la novela original. «Carrie», por ejemplo, llega al 70%. «El resplandor», en cambio, se queda en el 20%.
No es ningún secreto que a King no le entusiasmó la adaptación de Kubrick («sentí que Kubrick había hecho una película en un vacío total, sin entender los fundamentos del terror», dijo el escritor), algo que Rostac y Cau atribuyen a cambios tan notorios como que el Jack Torrance al que dio vida Jack Nicholson fuese «un gilipollas antipático» desde el primer segundo, el pasado de los personajes apenas tenga presencia y Wendy Torrance sea una mujer «sumisa, afeada y atemorizada. «El libro es ardiente, la película fría» , resumió el propio King en 1986. En «El resplandor», por cierto, los autores detectan cinco «Stephen Kinguismos»: héroe escritor, alcohólico y violento con su hijo; niño con poderes sobrenaturales; y posesión maléfica de objeto inanimado.
Siguiendo el rastro de adaptaciones y traiciones pasamos por los sabrosos trasvases de «La zona muerta» (David Cronenberg), «Christine» (John Carpenter) y «Cujo» (Lewis Teague), relaciones altamente emocionales como la de «Cuenta conmigo» de Rob Reiner («cuando la película terminó,la cogí en mis brazos porque me embargaba la emoción», dijo King) y casos paranormales como el de «It», otra buena fuente de «stephen kinguismos» que dio pie a una de las adaptaciones más disparatadas: la serie india «Woh», 52 episodios en los que un payaso maléfico mata a niños a puñados en al ciudad de Panchgani. Rostac y Cau le atribuyen un 10% de fidelidad, la puntuación más baja de las más de cincuenta novelas y recopilaciones que analizan y diseccionan.
A «Los chicos del maíz», por ejemplo, le afean el «happy end» cinematográfico, mientras que el detector diferencias se pone las botas con «Misery»: en la novela no hay ni tobillos rotos a mazazos ni publicación de «El regreso de Misery», libro que acaba devorado por las llamas. Para bailar el tango se necesitan dos personas, y ningún productor ha tenido nunca que inmovilizar a Stephen King con una llave de brazo para obtener los derechos de adaptación de una de sus obras», zanja Rostac, para quien la relación culmina en tablas. «King debe mucho al cine, del mismo modo que el cine de terror debe mucho al autor de Maine», añade antes de acordarse de Pennywise y lanzar un valioso consejo. »No sé vosotros, pero yo siempre me lo pienso dos veces antes de echar un vistazo en las alcantarillas los días de lluvia», bromea.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete