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Desguace del Frankenstein
Sánchez no tiene inconveniente en apoyarse en la derecha con tal de seguir durmiendo en La Moncloa
Ucrania, nuestro baluarte
¡Y tú más!
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Iniciar sesiónEs tal su codicia, su altivez, su falsedad y, sobre todo, su ignorancia, que probablemente Pedro Sánchez desconozca la cita de Lincoln «puedes engañar a uno una vez, pero no a todos siempre», y tras engañar a hombres y mujeres, amigos y enemigos, ricos y ... pobres, a todo el mundo en fin, haya acabado engañándose a sí mismo, convencido de que la paridad de sexos en los consejos de administración de las grandes empresas, las listas electorales, los altos cargos de la Administración y los concursos que se financien con fondos públicos, iba a asegurarle el voto femenino anunciando una ley que lo regule. Olvidando, o ignorando, que las mujeres ya están en ello, con presencia muy activa, sin dejarse engañar con sonrisas, abrazos y carantoñas como antes. Aunque lo más grave de esa política de seductor barato que practica no es que nadie le crea. Es que ha dividido el país en facciones irreconciliables, incapaces de ponerse de acuerdo sobre los asuntos más nimios, como ocurre en la escena política, donde se pelea no ya entre los partidos sino dentro de ellos. Ha roto incluso el feminismo en dos facciones rivales, incapaces de manifestarse juntas en una fecha tan señalada como el Día Internacional de la Mujer, y cruzan acusaciones e insultos que nada tienen que envidiar a los de los hombres.
Por un lado, la ministra de Igualdad, Irene Montero, sostiene que el 'sólo sí es sí' basta para defender a las mujeres de la violencia machista. Lo que se necesita, dice, son jueces que quieran aplicarlo. Calificando todo cambio del mismo de 'vuelta a la ley de la Manada', o violaciones en grupo. El Gobierno, sin embargo, ante las más de 700 sentencias reductoras de condenas por tales actos, y más de 70 condenados puestos en libertad, debido a agujeros en tal norma, ha hecho las correcciones necesarias para que no vuelva a ocurrir, e incluso algunas feministas próximas el PSOE piden la dimisión de la autora del desaguisado, la ministra. Hay también diferencias sobre la 'ley trans' y el modo de abordar la prostitución.
Lo que indica todo esto y en qué acabará, nadie lo sabe. Una sola cosa es segura: por muchos insultos y acusaciones que se crucen, la sangre no llegará al río. La coalición de gobierno se mantendrá ya que la ruptura sería un precio demasiado alto para ambas partes. Ahora bien, ya no será lo mismo. De ahora en adelante, tanto el PSOE como Podemos seguirán caminos distintos. Cada uno mirará por su interés en vez cuidar la coalición. El Frankenstein ha acabado en chatarra, como era de esperar, ya que extrema izquierda y socialdemocracia son cosas muy distintas. Será también interesante ver los efectos de que Sánchez sea presidente gracias a los votos de la derecha. ¿Dañará a ésta? No, porque de hecho ha quedado prisionero de ella y ha tenido que reconocer el fallo. Él no tendría inconveniente con tal de seguir durmiendo en la Moncloa y volando en el Falcon. Pero ha perdido su aura, su poder de seducción, algo que nunca se recupera. Ni olvida.
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